La forma más tradicional para su elaboración es usar un molcajete o mortero de piedra para triturar con él los distintos ingredientes y conseguir una pasta más o menos irregular. Como no todos tendréis este instrumento, podéis utilizar un mortero clásico y un tenedor para hacerlo en casa.
En casa de cara a los niños y vista su aversión a los trocitos de verduras, optamos hace tiempo por elaborar el guacamole en formato dip, así que he usado una batidora de mano en lugar del mortero. De esta manera la textura queda mucho más uniforme y cremosa pero de lo más deliciosa y refrescante para acompañar enchiladas y burritos o simplemente para tomarlo como tentempié con unos nachos de trigo o maiz.
3 aguacates medianosZumo de medio limón o limaMedia cebolla frescaMedio tomate1 cucharada de perejil fresco o cilantro1 hoja de hierbabuena fresca1 cucharadita de pimienta blanca1 o 2 guindillas o mejor chilesUna pizca de sal1/2 cucharada de aceite de oliva
Abrir los aguacates dando un corte longitudinal. Separar ambas mitadas y retirar el hueso (con la ayuda de un cuchillo clavamos la hoja en el hueso y giramos un poco, de esta manera sale fácilmente). Extraemos la pulpa con la ayuda de una cuchara sopera.
En la batidora ponemos el aguacate troceado y añadimos el tomate y la cebolla troceados, junto al resto de ingredientes. Batimos hasta obtener una mezcla cremosa y ya está listo nuestro guacamole.
Servir nuestro guacamole casero con unos totopos o triángulos de maíz, también llamados nachos, que usaremos como cucharas y a disfrutarlo.
No tires el hueso del aguacate, si no te vas a comer el guacamole inmediatamente o si te sobra, lo mejor es poner el hueso en el centro del guacamole y tapar con papel de aluminio. El papel debe estar en contacto con la salsa (aunque se pringue un poco). De esta forma y con la ayuda del limón que lleva se conservará mejor en la nevera y evitaremos que se oscurezca.Elige unos aguacates maduros porque si no estarán demasiado duros para aplastarlos (y además su sabor no será el mismo).