He logrado que Telefónica me indemnice 2/2

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-Pues hombre, si tenemos en cuenta que en casa somos mi marido y yo más nueve niños,  que mañana nos vamos de vacaciones a dar la vuelta al mundo y le tenemos que dejar comida a ellos y al servicio, pues creo que todavía voy a tardar un poquito – silencio…

-¿Y entonces, cuando la puedo llamar? – En su voz, noto un conato de desprecio hacia los ricos asquerosos que se van a dar la vuelta al mundo.

-Pues cuando os he dicho ya varias veces, a las setenta y dos horas. Antes de ese tiempo no autorizo que se cierre ninguna incidencia- concluyo de forma categórica.

-¿Pero no se va a dar la vuelta al mundo?- ahí, rezumando ironía…

-Sí, pero descuida que le diré al mayordomo que esté pendiente de este tema.

Cuelga sin siquiera contestarme…

El carnicero me mira obnubilado. Me atiende desde hace años y nos conoce a todos.

-Aquí, pegándome con telefónica- le digo con una sonrisa.

-Ahhhh, son terribles – me dice y soltamos los dos una carcajada.

Durante el cuarto cambio de router, el técnico, al ver mi desesperación por la situación, me dice con una sonrisa.

-Señora, yo le aconsejo que las incidencias en vez de llamar por teléfono, las haga por SMS. Le aseguro que son más efectivas y a la hora de reclamar usted tiene en su poder la constancia de ellas, pero si usted dice que yo lo he dicho, lo negaré tajantemente.

A partir de ese momento empezó una nueva fase en nuestra relación.

Efectivamente, cada vez que mandaba un mensaje, éste era contestado instantáneamente con un “nuestros técnicos están trabajando para restablecer el servicio lo antes posible”, que supongo es obra de otra maquinita, pero al rato me empezaban a llegar mensajes de que estaban revisando la línea y lo más importante, me daban por escrito un número de incidencia; además notaba que le ponían un poquito (tampoco mucho) interés al asunto.

De esta forma nuestra relación epistolar adquirió dimensiones novelescas, pero ahora por lo menos tenía documentación en mi poder para poder aportar a la hora de una reclamación formal.

Lo más difícil era explicarles a los míos que había que hacer un ejercicio de paciencia para poder tener motivos de una reclamación formal. Que ir a quemar el edificio de telefónica no solucionaría nada, además de tener dos problemas añadidos. El primero, que seguramente no nos dejarían quemarlo y lo segundo que, dependiendo de cual edificio escogiéramos podíamos quemarlo con el Niño dentro, que ya se sabe que a mí se me va el santo al cielo y luego no hay remedio para según qué cosas. El posible afectado me tranquilizaba diciendo que lo haríamos fuera del horario laboral.

Así fueron pasando las semanas con los inconvenientes propios de no tener un servicio que, además de pagar por él, para nosotros es importante y en algunos momentos fundamental.

No es cómodo tener que ir en el coche a las ocho de la noche en pleno invierno a las puertas del cementerio del pueblo (lugar más cercano a nuestra casa donde entra con suficiente fuerza el 4G en el móvil del Niño), porque tiene que hacer una intervención urgente en su trabajo y ahí estamos los dos en el coche, él con el portátil trabajando y yo echando Avemarías al aire, que total a lo mejor les vale de algo a los de dentro.

Es bastante cabreante tener que ir a la casa de un amigo a pedirle “por favor préstame tu fibra” porque tienes que hacer algo importante en las webs que administras y claro, si no tienes velocidad ni para abrir google, ¡imagínense para actualizar plugins ó hacer transferencias por FTP!

Te desesperas pensando que cuando te termine de abrir la página del Facebook, verás la foto de tu sobrina con su hijo en brazos y no se creerá que tú querías mandarle un “me gusta” a la foto que anunciaba su nuevo embarazo.

Hablar con la familia por Skype, absolutamente imposible…y mil cosas más a las que uno tiene derecho por pagar por un servicio que se supone que te tienen que dar.

De esta forma presentamos una queja formal al Dpto. de quejas de nuestro proveedor de internet y nos dijeron que nos contestarían por escrito y efectivamente nos contestaron.

Tic,tac,tic,tac…Los señores de Movistar están estudiando concienzudamente nuestra reclamación…

No he salido en todo el día, así que los oigo llegar y vienen la mar de parlanchines los tres.

-Toma Dolega, ya te ha contestado telefónica. ¡¡¡Has ganado!!! Ya tenemos para irnos de crucero y relajarnos después de las molestias – me dice el Consorte alargándome una carta.

-¡¡Ahhhh lo veis, lo veis!! La perseverancia siempre tiene su recompensa – digo mientras leo la carta.

-Sí madre, pero reconoce que mi idea era más reconfortante- dice el Niño mientras se va despojando de su abrigo.