
Antes de nada, mi recomendación es que cojáis hojas cerosas y que sean bastante flexibles, que no estén secas y no sean frágiles. En mi “receta” utilizaremos bicarbonato sódico, aunque debo mencionaros que he probado a hacerlo con sosa cáustica y también funciona, el problema de la sosa es que es muy corrosiva y me rompí una olla y la mitad de mi cocina, así que no la recomiendo. En otros post he leído que se puede hacer con carbonato de sodio, pero sinceramente me parece más caro y más difícil de encontrar, así que aquí va mi receta con bicarbonato.Con lo cual, utilizaremos 2 vasos de agua y ¾ de un vaso de bicarbonato sódico. ¡MUY IMPORTANTE! Para que este mejunje funcione, hay que meter el bicarbonato sódico en el horno durante 30 minutos a 200 grados. De verdad, es importante que no os saltéis este paso. Os daréis cuenta de que no altera para nada la forma del bicarbonato y que parecerá como si no hubieseis hecho nada, pero si no lo hacéis, no va a funcionar. (Y realmente sí tiene una reacción química, ya que si lo sometemos a altas temperaturas lo convertiremos en carbonato de sodio) El siguiente paso sería meter el agua y el bicarbonato, ya pasado por el horno, en una olla, a ser posible vieja y de cerámica. Llevaremos la mezcla a ebullición y después introduciremos las hojas, bajaremos la intensidad del fuego y lo dejaremos cocer a fuego lento durante 2 horas. Iréis viendo que tanto el agua como las hojas se van poniendo negras.

