‘Pasa el tiempo volando…‘, una frase que me viene como anillo al dedo desde que convivo con un bebé. Ya son nueve meses que se han pasado más rápido que mi embarazo y eso que los días empiezan pronto (algunas veces a las cinco de la mañana ya estamos en pie) y muchas noches todavía las pasamos en vela.
Seguimos dando teta pero la curiosidad de mi hija ha hecho que ya le haya dado a probar de mi comida, como ya comenté en otro artículo. Lo curioso de ella es que le encanta deshacérsela bien en su boca. Le doy trocitos de pan de centeno germinado que ella saborea como si fuera un caramelo; y le encanta el mijo y el arroz integral con verduras, primero masticado por mi. Y lo que me encanta, y a ella seguro que también, es cómo se pringa toda su cara y sus manos con comida ya que coge su cucharilla de bambú y, claro, a veces no acierta.
‘Los niños de pecho suelen preferir comer lo mismo que come su madre, y no otros alimentos especialmente preparados para ellos. No es necesario triturar los alimentos.
El principal objetivo de la alimentación complementaria es que los niños se vayan acostumbrando gradualmente a la alimentación normal de los adultos(…)Si no se les permite probar y experimentar, si por rapidez, o para que coman más cantidad y no se ensucien, recurrimos a sujetarles las manitas para que no estorben y meterles nosotros la cuchara en la boca, probablemente tardarán unos años en comer solos.’ Dr. Carlos González.
Además de estos ratos y momentos donde disfrutamos comiendo juntas, yo sigo dándole pecho ya que seguimos disfrutando de ello. Lo que no me gustó fue cuando fui a hacerle la ‘revisión’. Si, le llaman ‘revisión’ llevar a tu hija al pediatra para ver que todo está bien, como si fuera un coche. Mi pediatra, desde la primera cita (llevamos dos) ya sabía que le doy pecho y, esta vez, no paraba de decirme que ya tengo que introducirle carne porque sino irá falta de hierro. ¿Cómo voy a darle carne cuando todavía no tiene toda la dentadura? Si no hay dentadura significa que no tiene su sistema digestivo preparado para tal laboriosa labor. En fin, cada uno con lo suyo. Yo sigo con lo nuestro que nos va muy bien ya que la veo sana, feliz, con energía y vitalidad. Así que va sobrada de hierro y de demás nutrientes, simplemente hay que verla. No ha enfermado desde que ha nacido. ¿Cuántos padres pueden decir lo mismo de sus hijos?
‘La leche materna es pobre en hierro, pero ese hierro se absorbe muy bien, mejor que el de cualquier otro alimento. Y si la leche tiene poco hierro ¿por qué no tienen anemia todos los bebés desde que nacen?; ¿de dónde sacan el hierro? No lo sacan de ningún sitio; los niños ya nacen con depósitos de hierro.’ Dr. Carlos González.
Me siento orgullosa de cómo estoy llevando mi maternidad, me siento orgullosa de seguir mi intuición y de mi manera de nutrir a mi hija. Es todo un gran aprendizaje y si además se puede hacer jugando a comiditas, pues mucho mejor ya que es más divertido y entretenido. Así se pasan los días volando…
‘Conectadas con nuestras capacidades nutricias naturales, estamos cíclicamente en relación con la comida y la bebida. Cocinar y dar de comer es como dar calor y cobijo, con esa energía subterránea que se libera cuando alimentamos al otro. Quiero decir que en el acto nutricio aparece también la femineidad ardiente colmada de sensaciones agradables y es el momento ideal para convertirlo en un ritual sagrado, que nos invita a comunicar, compartir la vida cotidiana y lograr el encuentro humano.’ Laura Gutman
Diálogo de besugos con mi pediatra
Después de hacerle la revisión rutinaria (auscultación, medida, peso…), el pediatra y yo mantuvimos esta entrañable conversación:
- Está perfecta, se le ve muy bien y muy sana. ¿Qué le estás dando?
- Leche- contesté.
- ¿Qué marca?
- Le estoy dando teta, como ya sabe…(¡¿Cómo que qué marca?! Marca Isasi, pensé).
- ¡Ahhh es verdad! Pues deberías introducir algo de fruta.
- De vez en cuando le doy compota casera de manzanas de la isla. (No quise decirle que le pongo kuzu).
- ¡¿Sólo?! Pues, a esta edad, ya puedes introducir kiwis, fresas y melocotones.
(¡Toma ya! ¡Y piña colada, también! Si, si, frutas crudas expansivas de fuera de temporada para que en dos días tenga que traerla de nuevo aquí porque se me ha resfriado. A ver, señor mío, primero, estamos en invierno; segundo es una bebé de nueve meses; y tercero, la fruta cruda en invierno es la idónea para traernos gripes y resfriados). Aquí callé por no alterar su manera de ver la alimentación infantil.
- ¿Y le das algo más?
- Le he dado arroz integral, mijo, verduritas cocinadas, crema de lentejas rojas…
- Mira, si le sigues dando tu leche y simplemente le das estos alimentos, lo mejor es que ya introduzcas la carne para que no le falte hierro. Es la edad idónea para introducirla.
(Aquí me dejó ‘a cuadros’ ya que no me esperaba este ‘consejo’ tan pronto, pero me lo debía haber imaginado que me lo preguntaría…)
Y continuó.
- Es importante el hierro ya que tu leche carece de hierro y luego puede traerle carencias muy graves.
(Yo ya empezaba a ponerme de todos los colores…así que decidí dejar la conversación aquí ya que iba con mi madre y, con su mirada, supe que era mejor que me callara y listo. Mi madre se pone nerviosa cuando ella está presente en una conversación nutricional de estos menesteres porque sabe que puedo empezar muy bien y acabar mal o empezar mal y acabar peor…pero bueno, esto de ser madre y dar teta me ha calmado los nervios y me tomo las cosas nutricionales de otra manera. Cada uno en su casa que haga y coma lo que quiera, me digo, ya que este médico no se ha percatado que mi hija desde que nació no ha ido a verle por ningún tipo de enfermedad).
Y terminó diciendo.
- Bueno, el tema de las vacunas….
Aquí no le dejé terminar y respondí:
- ¡Ni una!(Info sobre las Vacunas aquí).
Y se acabó nuestra conversación.
- Muchas gracias por todo doctor -dijo mi madre airosa mientras se levantaba y ya abría la puerta de la consulta porque se pensaba que empezarían los fuegos artificiales.
‘El que come una papilla entera de nueve cereales, pero se la da su madre insistiendo y distrayéndolo, no ha dado ni un solo paso. Ni está aprendiendo a comer solo, ni está aprendiendo a masticar, ni está aprendiendo a disfrutar de la comida, ni está aprendiendo a comer lo que comemos los adultos (que desde luego no comemos nueve cereales). Al comer mucha cantidad de cereales, o de fruta o de verdura o de lo que sea está tomando menos pecho. Y eso no es bueno para su nutrición porque la leche materna es mucho más sana y nutritiva que cualquier otro alimento por el que la quieran sustituir.’ Dr. Carlos González.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com