La explotación de los animales nohumanos es un problema de violencia estructural basada culturalmente en prejuicio del especismo, ante el cual podemos, y debemos, adoptar una actitud de re-educación a través de la visibilización, denuncia y erradicación del especismo en los diversos niveles socio-economicos y culturales; así como también romper con las dinámicas de consumo que apoyan la opresión especista en los diferentes estratos sociales (individuos, familias, empresas) mediante la difusión del veganismo.
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