Esta pequeña isla, de unos 30 km de longitud por 5 km de ancho, es prácticamente llana ya que su punto más alto se encuentra a sólo 20 metros sobre el nivel del mar. Situada frente a la costa occidental francesa, en el Mar Atlántico,está unida al continente por un largo puente de casi 3 km construido en 1988.
Muy próxima a La Rochelle, su posesión fue motivo de disputa entre franceses e ingleses y durante la segunda mitad del siglo XVII fue utilizada como prisión, saliendo de sus puestos miles de prisioneros con destino a la Guayana francesa y a Nueva Caledonia donde realizaban trabajos forzosos. Durante la II Guerra Mundial fue fortificada por los alemanes con búnkeres de su famoso Muro Atlántico que aún se conservan si bien están prácticamente abandonados.
Es un conocido centro turístico que durante el verano multiplica por diez su población habitual, llegando a alcanzar las 160.000 personas. Su negocio tradicional es la actividad salinera, y se remonta a la época romana, cuando Ré estaba formada por tres islotes y se utilizaban los canales que las separaban para recoger la sal. Aproximadamente un 20% de su superficie total está ocupada por las salineras en las que se producen unas 2.500 toneladas anuales.Uno de sus mayores atractivos, el Faro de las Ballenas, se encuentra en el noroeste insular. Construido en 1854, tiene 55 metros de altura, y recibe ese nombre por la gran cantidad de cetáceos que por aquel entonces solían visitar la zona.
Vista aérea del puente de Ré
Pero, ¿cuál es el mayor atractivo que presenta hoy en día?. Como enunciamos en el título del post, en ella se producen unas peculiares y muy poco frecuentes olas cuadradas, unas olas senoidales que tienen una amplitud constante y unos periodos de longitud y onda bien definidos. Son consecuencia del choque entre dos mares de fondo oblicuos entre sí, originados a varios kilómetros de profundidad, que junto a otros factores, como el viento, hacen que el oleaje adquiera esta curiosa forma de tablero de ajedrez al chocar olas con orígenes distintos.
Vista de las olas próxima a la orilla
Eso sí, si te acercas a la zona, ten mucho cuidado, esta forma es tan espectacular como peligrosa para los nadadores por las corrientes que se forman y la fuerza de choque de las olas, y pese a que no suelen alcanzar una gran altura, se recomienda no nadar en la misma.
Vista de la ola más en alta mar
Lo que sí te recomendamos es que subas al faro para contemplar este extraño fenómeno, es la mejor forma de visualizarlo. Si tienes posibilidad de visitarla, no dejes de hacerlo, es uno de esos lugares que merece la pena conocer.