Revista Cultura y Ocio

“Los ingratos”, de Pedro Simón

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

♦Premio Primavera de Novela 2021♦

«No había mayor desarraigo que el de seguir a tu madre de pueblo en pueblo. Una madre maestra muy ocupada que encima no era solo tuya, sino de todos los niños del lugar…»

“Los ingratos”, de Pedro SimónReseña escrita por Maudy Ventosa.

“Los ingratos”, de Pedro Simón

Cubierta de: ‘Los ingratos’

Pedro Simón, escritor y periodista galardonado en varias ocasiones, ha sido distinguido por la editorial Espasa y Ámbito Cultural de El Corte Inglés con el Premio Primavera edición XXV por su novela Los ingratos. El fallo del jurado se dio a conocer el 19 de febrero en la sede de Ámbito Cultural de Callao y la presentación de la novela tuvo lugar el pasado 27 de mayo en el Círculo de Bellas Artes. Eduardo Madina fue el encargado de entrevistar al ganador.
Y tenía razón cuando le decía al autor que le había hecho llorar con su obra. Yo tengo un nudo en la garganta y las lágrimas corren a su aire, porque estoy en la plaza de mi pueblo jugando al balón prisionero con mis amigos, teniendo cuidado porque los chicos son más brutos y tiran fuerte siempre a dar; junto a la escuela. La maestra es doña Maribel. Muy joven y muy guapa, y venía de Madrid. Y muy buena. Y cuando vaya a casa a cenar estarán mis padres, vivos aún, y no me faltará una hermana. Todo era grande entonces y no había nada por detrás.

Dice Pedro que escribimos para emocionar y también para buscar. Es como si bajaras al trastero -nos cuenta- y te pones a abrir cajas. Ese niño, junto a viejas fotografías encontró vivencias, olores, canciones, imágenes que quedaron en su retina, retazos de conversaciones de aquellos años antes de hacerse mayor… Y decidió … salvar a todas esas cosas de la basura… porque cree que escribir significa salvarlo del olvido.

La clave de la historia se la dio la película de Cuarón, Roma, que habla de una cuidadora indígena…

Toda ficción es autoficción. Al final, siempre escribimos de nosotros mismos

Narrado en primera persona por un niño, David, o de manera epistolar, por la cuidadora EméritaEme para él-, la novela nos sumerge en la España de los años 70 y nos acerca a un pueblo, cualquiera de la España rural, retrasada y pobre, al que cada año llegaba destinada una maestra con su prole y enseres abarrotando un Simca 1200 sin cinturones atrás. Y cada curso había que empezar de cero si no tenías la suerte de repetir destino. Limpiar la casa que te daba el ayuntamiento, jalbegar las paredes de la escuela, quitar las goteras… bajo la atenta mirada de los lugareños que se hacían los encontradizos y querían agradar a la nueva señorita. Algunos, incluso, ayudaban. Y los hijos tenían que hacer amigos otra vez, pero partían con ventaja, porque eran ¡los hijos de la maestra! Si no fuera porque la señorita Mercedes conduce, fuma y lleva pantalones, estaríamos en una España en blanco y negro; pero no, ya se mira a las grandes ciudades para salir del atraso, para triunfar, para tener un buen trabajo y volver al pueblo bien vestido y conduciendo un buen coche. Ya llega la democracia, la libertad, que como joven hay que cuidar y mimar. Ya se puede votar. Éramos los hijos de los hijos, los que nacieron para conjurar la muerte y la ausencia…

David es el hijo pequeño, el hermano de “las blandas” y el que más percibe la dualidad en la maestra. Su madre a veces llora, mientras que la señorita Mercedes siempre sonríe. Esa ausencia propicia que Eme, Emérita se convierta en el centro de su vida y ocupe el lugar de la ausente. Esta mujer grande, analfabeta y sorda que te pincha cuando te besa y que sabe hacer de todo. Incluso acariciar con sus manos ásperas como estropajos. Y que acarrea un drama personal doloroso y profundo. Y que a David lo llama Currete. Se encarga de la casa y de cuidar al más vulnerable.

«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».

“Los ingratos”, de Pedro Simón

Pedro Simón con Maudy Ventosa

Este libro habla de felicidad. De la que encuentra Emérita en la casa de la maestra, donde recibe cariño, respeto y una segunda oportunidad. De la que disfruta David siendo libre “hasta donde empiezan los almendros” con sus dos mejores amigos; descubriendo los colores del cielo al atardecer en la era; percibiendo los olores peculiares y distintos con los que siempre nos obsequia el campo; sintiéndose querido por una mujer analfabeta que le mira con embeleso; soñando con no separarse nunca de ella, porque le enseñaba esas cosas que no vienen en los libros pero que te ayudan a crecer como persona… austeridad relacionada con la generosidad… poder vivir mejor con menos…

Este libro habla de soledad, de silencio, de añoranza y de ingratitud; y de la culpa que conlleva la no reparación de un daño. De la soledad de una mujer pobre, sola y analfabeta; el silencio que aísla de una risa pero que no impide ser feliz; la añoranza de lo que pudo ser y de lo que fue y dejó de ser por la distancia. La ingratitud que conlleva siempre el olvido.

Y habla también del duelo que supone una pérdida y que, en ocasiones, se vive dos veces. También en la segunda oportunidad que te da la vida.

Y, por supuesto, habla de la despedida de un lugar donde fuiste feliz. De un pueblo pequeño que olía a hogar y a inocencia, porque crecer también fue ese cambio de mirada. O cambiabas de mirada porque crecías o crecías porque cambiabas la mirada… me pasó con los cuerpos… me pasó con los olores… me pasó con los objetos… la primera vez que vi una jeringuilla en la arena del parque de San Nicasio… Me pasó con las personas. Algunos años después. El día que tuve delante una carpeta amarilla.

Excelente trabajo Pedro Simón. Sabes llegar muy dentro.

Quiero mostrar mi agradecimiento a mi buen amigo Ricardo –vendedor de libros en El Corte Inglés de la calle de la Princesa–, excelente profesional y mejor persona, que me regaló Los Ingratos el día del libro, rememorando el de hace veintiséis años. Desde entonces, como mínimo, siempre nos hemos visto ese día. Es el único libro que tengo con dos dedicatorias, la suya, y la del autor. ¡Gracias a ambos!

PERSONAJES:

  • David, el tercer hijo de la maestra. Un pringao por tener dos hermanas mayores. Se siente solo cuando llega al pueblo y echa de menos a su padre, que cuando jugaba con él al balón, tiraba los tiros como Dios manda. Se hizo mayor al poco de dejar el pueblo.
  • La señora Emérita Rodríguez Pérez, Eme, era una montaña de alta, con un busto enorme y un escapulario de la Virgen de Carmen al cuello; camina arrastrando un poco los pies y habla muy alto; apenas sabe leer y escribir. Sus manos tienen el tacto de un serón. Esa mujer no escucha, pero no es tonta de garrafa. Nunca se chiva, lo protege y le compra aceitunas gordas. Es sorda. Le pone a todo como Dios manda. Y le quiere con toda su alma.
  • Mercedes, la madre, maestra destinada cada curso a un pueblo. Criaba sola a tres hijos: dos niñas imbéciles y un niño miedica. Daba clase a treinta niños. Ha viajado a París y Portugal, y sabe conducir. Hasta fuma. Cuida su huerto.
  • Natalio, el padre, trabaja en la Chrysler, en Madrid. Pasa con ellos las vacaciones y los fines de semana. Es una mezcla entre Jean-Paul Belmondo y Luis Aragonés. Escucha a Víctor Jara y a Daniel Viglietti. Aprovecha cuando no está la madre para ponerse un poco comunista y habla de justicia social.
  • Verónica, la hermana mayor. Hace bien la pelota y las cocinillas. Siempre quiere mandar.
  • Isa, la segunda. Sabe hacer el pino contra la pared. Sube muy bien a los árboles.
  • Vicente Jesús, el primer mejor amigo.
  • Gregorio, el segundo mejor amigo. Es el chico más bueno del pueblo.Y tambiénestán los otros: Eladito, Sufragia, el Pirracas, la Encarni, Marioel Dos Velas, Eugenio Tododieces, Sarita, que te enseña el culo por un duro; Tomás que es mayor…
  • El Fliqui es un setter irlandés. Al único que manda Currete.
  • Los que juegan al tute en el casino, el señor Luis, don Eladio, don Ubaldo…El señor Luis, tiene una tienda de ultramarinos… y don Marcelino, el cura y los demás; y Leganés hecho de hormigón que acoge a la gente que aspira al gotelé

Sinopsis de la editorial.
1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.
Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.

“Los ingratos”, de Pedro Simón

Presentación de la novela en el Círculo de Bellas Artes

“Los ingratos”, de Pedro Simón

©Asís G. Ayerbe

El autor:
Pedro Simón (Madrid, 1971) es periodista y escritor. Actualmente trabaja en el diario El Mundo. Como periodista ha ganado el Ortega y Gasset de 2015 y el Premio al Mejor Periodista del Año de la APM en 2016. En 2020, fue finalista de los premios de la Fundación Gabo. Entre sus libros destacan dos antologías de reportajes (Siniestro total y Crónicas bárbaras) y su novela Peligro de derrumbe. 

El libro:
Los ingratos ha sido publicado por la Editorial Espasa en su Colección Espasa Narrativa. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 288 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo un vídeo en el que Pedro Simón nos habla de su novela Los ingratos.


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