Hace poco hablábamos sobre los helados de leche materna y si esto era más natural o no que tomar leche de vaca o de cualquier otro animal. Ahora un nuevo estudio realizado en Holanda y que ha contado con la colaboración de más de 120.000 adultos durante más de diez años, ha llegado a la conclusión de que no hay relación alguna entre el consumo de productos lácteos y su esperanza de vida.
Separando los resultados por sexo, si bien en el caso de los hombre el consumo de lácteos resultaba inocuo en lo que se refiere a su esperanza de vida, en el caso de las mujeres un alto consumo de grasa láctea – a partir de lácteos, mantequilla u otras grasas – estaba relacionado con un pequeño aumento en las muertes, sobre todo las debidas a enfermedades del corazón.
No está claro por qué los resultados fueron diferentes para hombres y mujeres. Sin embargo, algunas otras investigaciones han sugerido que los hombres y mujeres pueden procesar las grasas saturadas de manera diferente.
Los productos lácteos ricos en grasa es una fuente de grasa saturada, lo que podría elevar el colesterol y contribuir a las enfermedades cardíacas. Y algunos estudios, aunque no todos, han vinculado el alto consumo de lácteos ricos en grasa a un mayor riesgo de ciertos cánceres, como el cáncer de próstata.
Por el contrario, comer productos lácteos fermentados, como por ejemplo el yogur y la crema agria, fue vinculado a un ligero descenso en las muertes entre los hombres y las mujeres. Esto se podría deber a que ciertas proteínas en la leche fermentada llamadas tripéptidos, pueden ayudar a disminuir la presión arterial. Aunque diversos estudios han llegado a conclusiones contradictorias sobre si eso es cierto.
En resumen, no tendría sentido pensar que los productos lácteos tuvieron un papel determinante en el aumento o descenso de probabilidades de muerte, más bien se podría concluir que los resultados del estudio ofrecen pocos motivos para que la gente aumente o reduzca su consumo de lácteos. Si te gustan, consúmelos, pero si son ricos en grasas hazlo con moderación.
Visto en AJ of Clinical Nutrition
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