17/05/2011. Crime Story, Abel Ferrara, 1986, USA
Episodio piloto con total autonomía propia de una serie de culto producida por Michel Mann entre 1986 y 1988 sobre una brigada de implacables policías de Chicago en lucha contra el crimen organizado en los primeros 60, algo así como la revisitación en escala de grises morales de la clásica Los Intocables. Protagonizada por un genial Dennis Farina como el detective Mike Torello, el hombre que carga con el peso del mundo a sus espaldas y al cual no asusta cruzar la línea, escudado en un formidable equipo de característicos (incluidos gente tan grata como Jon Polito o Joseph Wiseman) la cinta se presenta como un trabajo ejemplarmente b en cuanto a economía formal y narrativa, hasta el punto de poder verse como una colisión entre la sensibilidad contemporánea de 1986 y los títulos del “police procedural” de los 40, envuelto en un estilizado diseño de producción sorprendentemente colorista y una rockanrollera banda sonora, características ambas que prefiguran al Scorsese de Uno de los nuestros. Seca y directa, violenta y ajustada, aparece como uno de los trabajos más sólidos del Ferrara de los 80, mucho antes de que se creyera un autor.
23/05/2011. El cuerpo de mi enemigo, Henri Verneuil, 1976, Francia.Un argumento en principio atractivo -la elaborada venganza contra las fuerzas vivas de una ciudad textil por parte de un hombre condenado a prisión por, precisamente, enfrentarse a ellas desde dentro- convertido en el enésimo producto al servicio de divismo del Bebel de los 70, filmado de manera desganada por el intermitentemente interesante Verneuil que se limita a un par de recursos de puesta en escena repetidos hasta la saciedad, uno de ello el zoom, encima. Verborreica, plomiza e interminable, malgasta su metraje entre vaguedades y retazos que no traducen nunca la sensación de tedio vital, rabia íntima y corrupción “cotidianizada” de la vida provinciana (¿Chabrol meets Belmondo? Sí, pero no) quedándose en paseos arriba y abajo de un Belmondo más encantado de haberse conocido que nunca (si es posible), mientras se introducen flashbacks que aclaran las circunstancias que le llevaron a su situación actual y, al tiempo, se pretende pintar un fresco del supuesto protagonista verdadero del film: la imaginaria ciudad de Cournain (Lille, en realidad).
25/05/2011.Una cuerda, un colt (Cimitero senza croce), 1969, Francia/ItaliaDirigido, escrito y protagonizado por el singular Robert Hossein un spaghetti-western trágico de extremo laconismo que supera por mucho su manida base de venganzas personales mediante una severa abstracción, focalizada tanto en escenarios y recursos formales (ejemplar uso del fuera de campo) como en el hieratismo de todos sus actores, que alcanza cotas de gran intensidad en el caso de la magnífica Michel Mercier en un personaje femenino casi insólito en el género. Romántica de un modo siniestro, fatalista e implacable, resulta un film a descubrir (o redescubrir), con una banda sonora excelente (incluyendo un tema cantado por el gran Scott Walker) de Andre Hossein, padre de Robert y un memorable final. Está dedicado a Sergio Leone, que además dirigió la extraña secuencia del banquete, y cuenta entre sus guionistas con Darío Argento.
26/05/2011. Historia de una traición, José Antonio Nieves Conde, 1971, España/ItaliaMelodrama criminal sobre las vidas tangentes y paralelas de dos amigas que compartieron celda en un reformatorio y que ahora serán capaces de cualquier cosa para sobrevivir entre timadores sin escrúpulos y los ambientes de la alta burguesía. Un film, si bien no logrado, interesante e injustamente olvidado donde Nieves Conde dirigía por segunda vez a Marisa Mell tras la hitchcockiana Marta, de nuevo con guión del muy popular Juan José Alonso Millán. Dispersa en general, un tanto confusa y con los impertinentes recursos estéticos de la época afeando el acabado, resiste gracias a su curiosa narración fragmentaria, a la complejidad de sus personajes y al interés de su sinuosa historia, progresivamente inmersa en la turbiedad moral y abierta a cierta escabrosidad erótica. Bien interpretada por el sólido reparto y con magníficos protagonistas para Sylva Koscina y, sobre todo, para la magnética Marisa Mell. Espectaculares exteriores asturianos, muy bien empleados de nuevo por el director, casi recordando a su soberbia Los peces rojos de 1955.
28/05/2011. Iron man 2, Jon Favreau, 2010, USAAmpliación, engorde, ¿remake automático? Del éxito de temporada del 2008 según una lógica del más y más que sustituye la narración por acumulación y la progresión por sucesión. Carece de todas las virtudes de su predecesora (energía euforizante, sentido lúdico, cierta autoironía, colorismo pop) y amplifica sus peores defectos. Peor dirigida en todos sus aspectos, interpretada de pena por unos actores que se dividen entre los desaprovechados y los que compitan en ver quien está más pasado de rosca (Sam Rockwell gana por goleada con un numerito insoportable) y cargada de personajes cretinos o grotescos. Apela barriobajeramente al guiño al fan comiquero más entregado mientras desvirtúa al personaje recortándole todas sus esquinas (ya no está alcoholizado porque es gilipollas, sino por que está enfermo…) y luce sin complejos una manipulación ideológica nauseabunda, perfectamente reflejada en su escena final: el ejército y la corporación privada humillando al gobierno.
29/05/2011. Círculo de fuego, Henry Hathaway, 1971, USAEspecie de continuación espiritual/tonal del previo Valor de ley (1969) que además supone el penúltimo film de su corajudo realizador. Muy mediocre en todos los aspectos, rodado sin garra ni estilo (incluyendo un flashbacks lamentable, indigno de Hathaway), no consigue ni mucho menos reeditar el raro entusiasmo crepuscular de su apreciable antecesora sino que, más bien, lo vulgariza en un conjunto esquelético. Ni siquiera Peck está particularmente inspirado, ni que decir de la odiosa niña o el insoportable numerito del televisivo Robert F. Lyons como psicopático matón de gatillo fácil. Grotesco villano juvenil enfrentado al maduro héroe.