Revista Cocina
La harina de sarraceno no colabora nada con los panes. Pero nada, nada. Es una harina que no se hace querer, antipática por falta de gluten, que da a las masas una textura fofurria y pegajosa, las convierte en masas escurridizas que se deslizan en los dedos, que se te escurren, que no cogen músculo…