La forma de asar éstas patatas tiene su origen en Estocolmo (Suecia), se hicieron famosas en un restaurante hace mas de tres siglos. Su fama ha llegado a nuestros días y a todas partes del mundo y es que el corte que tienen las patatas hacen que se asen con mas facilidad y admiten muchos condimentos, además son perfectas para acompañamientos de carne, pescado o como plato único si entre lámina y lámina metemos bacon y queso por ejemplo.
Yo les he añadido además un chorrito de vino blanco y las especias que tenía por casa, pero dejar volar la imaginación, y os sorprenderán os lo aseguro. Lo que mas nos ha gustado es que quedan blanditas por dentro y super crujientes por fuera.
INGREDIENTESpatatas del mismo tamaño (así se asan por igual)2 cucharadas de aceite de oliva virgen Douroliva10-12 daditos de mantequilla1 chorrito de vino blancoajo en polvomezcla de pimientaspimentónsal
Lavamos muy bien las patatas y las secamos. Hacemos los cortes sin llegar hasta abajo (es muy importante). Por internet he visto que hay gente que pone dos palillos chinos, uno a cada lado de la patata, así el cuchillo no llega hasta el final, yo lo he hecho sin nada, solamente teniendo un poquito de cuidado y quedan perfectas.
Echamos sal, y la mezcla de pimientas, las ponemos en una fuente resistente al horno y echamos en el fondo el aceite de oliva virgen Douroliva y el vino blanco. Encima de las patatas los dados de mantequilla.
El horno tiene que estar a 210º como mínimo (yo con ventilador), pasados 20-25 minutos, las sacamos del horno y las regamos por encima con el líquido del fondo y las espolvoreamos con un poco de pimentón. Las volvemos a meter en el horno otros 10-15 minutos o hasta que estén blanditas por dentro.