¿Cómo van esos fríos? Yo cada día lo llevo peor, y entre eso y el curro, ¡no consigo centrarme en la uni!
Por suerte, las ganas de probar sitios nuevos nunca se van, así que allá vamos, ¡a descubrir una nueva hamburguesería!
Hoy os voy de una historia de segundas oportunidades, porque soy de los que piensan que todo el mundo se merece una segunda oportunidad (algunos hasta una tercera) y eso es precisamente lo que hicimos con el sitio del que os voy a hablar.
Se llama Pecado Carnal y es una hamburguesería especializada en carne de kobe. En Madrid tienen cuatro restaurantes por lo que os recomiendo entrar en su web para buscar el que mejor os venga y así de paso, echar un ojo a la carta.
Como os decía iba comentando más arriba, con Pecado Carnal nuestra experiencia es agridulce, ya que la primera vez que fuimos, la visita fue un completo desastre, es decir, todo lo contrario a nuestra segunda visita.
Centrémonos.
La primera vez estuvimos en el de Covarrubias, y fue allí donde comprobamos que si algo puede salir mal, saldrá incluso peor.
Para empezar, llegamos y habían olvidado nuestra reserva, por lo que ya comenzó mal la cosa. Tras una pequeña "discusión" conseguimos que nos dieran mesa... al lado de un macro cumpleaños que ocupaba medio restaurante, así que la cena transcurrió entre berridos, cánticos, globos, etc. Estuvimos a punto de decir que nos íbamos, pero al final nos convencieron diciendo que se irían pronto (mentira...).
Si solo hubiese sido eso, no hubiese pasado nada, pero no, ya que a todo el ruido hay que añadir lo mucho que tardaron en atendernos y servirnos. Creemos que debía de ser el cumpleaños de alguien cercano a alguno de los trabajadores del restaurante porque cada dos minutos algún camarero se tomaba algo, o salían los cocineros a saludar, o cantaban... En fin, un auténtico desastre.
Con la comida tampoco tuvimos buena suerte.
Como entrante pedimos chorizo criollo (estaba bueno, pero era tan poco que casi fue como haberlo olido) y unas croquetas (sin pena ni gloria). Y como principales elegimos dos hamburguesas: una Wasabi (que aunque no tenía muy buen aspecto resultó ser lo mejor de la noche) y una Caramel (que pedí con todo mi amor porque adoro las garrapiñadas y cuando me la trajeron me dijeron que lo sentían mucho pero que solo le habían echado cebolla caramelizada porque no quedaban garrapiñadas). Lo de mi hamburguesa me dolió especialmente ya que solo llevaba dos ingredientes y, digo yo, que lo lógico sería que si no tienen uno de ellos, avisen, pero no fue el caso. Al menos la carne estaba buena.
Apetecible lo que se dice apetecible, como que no
Tras aquella experiencia decidimos no volver, pero viendo una y otra vez las buenas críticas y comentarios de amigos, decidimos darle una segunda oportunidad meses después. E hicimos bien :)
La segunda vez decidimos ir al de la calle Hernan Cortés (en Chueca) y tras un buen rato intentado reservar, por fin conseguimos una mesa.
Fuimos un día de diario y había poca gente, por lo que no había nada de ruido ni cosas molestas. Desde el primer momento la camarera que nos atendió se desvivió por nosotros: nos explicó todas la carta, los puntos de la carne, nos preguntó mil veces que qué tal todo... Un cielo, vaya. Incluso una vez salió el cocinero para preguntarnos si estábamos contentos con la comida (como veis, nada que ver con la vez anterior).
En esta ocasión fuimos directamente a por las hamburguesas muy bien recomendados: una Portobello (las setas riquísimas y la crema también) y una Truffled Cheese (genial el queso trufado y los boletus bien ricos). La carne nos la hicieron muy poquito (tal y como pedimos) y estaba todo a la temperatura perfecta (la otra vez estaba todo horriblemente frío).
De postre pedimos la panqueca de dulce de leche (lo reconozco, soy adicta al dulce de leche) y estaba riquísima, como era de esperar.
Caras de felicidad ante lo bueno que estaba todo
En definitiva, todo delicioso y perfectamente bien atendidos.
Ambos locales estaban muy chulos decorados y de precio está sobre los 20€.
Valoración general: un 8. Me encantaría ponerle más nota, pero no se me va de la cabeza aquella "primera vez". Eso sí, si volvemos una tercera y todo sale igual de bien que la última, prometo subir la nota (y volveré, eso seguro).
¿Qué os ha parecido? ¿Le hubieseis dado una segunda oportunidad? ¿Le daríais una tercera?
Me encantaría ver vuestros comentarios y opiniones, ¡así que ya sabéis!
Un besote muy grande a todos y nos vemos en la siguiente entrada, ¡que aproveche!
Carolina.
P.D. !Qué poquito queda para las 13.000 visitas! :D