1Limpia las pescadillas y, una vez lavadas, sécalas y sazónalas con sal, dales forma de rosca sujetando la cola de cada una con sus propios dientes.
2Pasa las pescadillas por harina, sacúdelas. Acerca una sartén al fuego con abundante aceite y, cuando esté caliente, fríe las pescadillas. Escúrrelas y colócalas en una fuente de servir, reservándolas al calor.
3Para la salsa:
4Retira las anchoas del aceite y machácalas en el mortero con parte de la mantequilla. Incorpora el resto de la mantequilla y pon en un cacito para calentar al baño María. Cuando la mantequilla esté fundida, pero sin hervir, añade el zumo de limón y el perejil muy picadito. Sirve la salsa caliente en recipiente aparte, a ser posible escaldado.