Hacía tiempo que tenía ganas de probar a hacerlos, y al final llegó el momento. Aquí va mi adaptación de la receta de “Phoskitos”, pero phoskitos veganos, claro. ¡Cuidado que salen unos 10-12 y corréis riesgo de no ser capaces a comer sólo uno…!
Ingredientes
- 125 gr. de harina para cocinar sin huevo (yo uso Yolanda, porque ya me acostumbré a ella y me resulta muy fácil de usar).
- 65 gr. de azúcar
- 125 ml. de leche de soja
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharadita de levadura
- 100 ml. de nata para montar a la que añadiremos dos cucharadas de azúcar
- 200 gr. de chocolate
- 1 cucharada de margarina
Preparación
En primer lugar prepararemos el bizcocho. Para ello, mezclamos primero harina, azúcar y levadura, después añadimos la leche y el aceite y mezclamos bien.
En esta ocasión no necesitaremos moldes, usaremos papel de hornear para cubrir la bandeja del horno y sobre él pondremos la masa. Dejaremos una capa de un poco menos de un cm a la que intentaremos dar forma rectangular.
Ponemos a hornear durante unos 15 minutos en el horno precalentado a 150-160º. En esta ocasión no tiene que dorar, ya que si lo tostamos nos va a costar más trabajar con él y se nos romperá al intentar enrollarlo.
Mientras se cocina, aprovechamos para preparar la nata montada, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Una vez está el bizcocho listo, sacamos y dejamos templar cubriéndolo con un paño húmedo. Después lo pasamos del papel de hornear a un film transparente. Recortamos los bordes para conseguir un rectángulo perfecto y lo cubrimos con la nata.
Aquí viene el paso más complicado: enrollamos con mucho cuidado el bizcocho sobre sí mismo con la ayuda del film. Tendremos que intentar dejarlo bien compacto sobre todo al principio para no dejar agujero en el medio. Lo dejamos enfriar bien envuelto en el film para que coja forma. Después cortamos las rodajas de bizcocho, con un grosor de no más de dos dedos.
Ya sólo queda derretir el chocolate con un poco de agua y la margarina y cubrir los bizcochos. Yo lo hice en dos fases para cubrirlos por completo. Es decir, cubrí un lado, dejé enfriar y después cubrí el otro.
Cuando el chocolate esté ya frío por ambas partes, a disfrutarlo… ¡Que aproveche!
Aquí puedes ver un resumen del paso a paso: