Precalentar el horno a la temperatura más alta para que esté a punto cuando se lo necesite.
Lavar 2 pechugas de pollo abiertas por la mitad a lo ancho y secarlas con papel de cocina.
En un bols colocar ½ taza de harina con sal y pimienta.
En otro, 1 huevo con dos cucharadas de leche bien batidos.
Y en un tercero, 1 taza de miga de pan .
Abrir las pechugas cortandolas en 4 pedazos del mismo tamaño.
Pasar las pechugas por los tres, en orden: primero por harina condimentada, luego por huevo y por último por miga de pan y pasa las apanadas a una bandeja o un plato.
Calentar 1/2 taza de aceite vegetal en una sartén grande y dorar las pechugas por ambos lados, en dos turnos.
Colocar las pechugas en una fuente para horno.
Procesar o licuar una lata de tomates picados y ponerla sobre el pollo dorado.
Poner encima de cada pechuga una feta de queso provolone (puede ser muzarella) y llevar al horno hasta que se funda y dore, unos minutos.
Opcional.
Preparar una pasta que esté al dente, preferiblemente larga, un spaguetti y servir en una fuente grande y agregar un par de cucharaditas de mantequilla y perejil.
Sacar las pechugas del horno y servir sobre la pasta al burro con salsa de tomate encima.