Revista Cocina
Hace unos días, en el post donde publiqué la receta de cachopo de pollo con jamón de pato, os comentaba que l@s cocinillas solemos hacer mezclas de alimentos más o menos arriesgadas que no nos atrevemos a publicar por insólitas o porque no consideramos que tengan demasiado interés culinario.
Quién no ha comprobado, sobre la marcha, como un par de ingredientes que se te ocurra añadirle a una receta en el último momento puede cambiar completamente el resultado final. Aunque tengamos claro que está todo inventado, cuando eso ocurre parece que se haya subido y bajado de la luna dos veces y a la primera ocasión que tienes a mano vas y lo cuentas...
No es lo mismo hacer pechuga de pollo a la plancha con patatas fritas, que pechuga de pollo marinada con hierbas y manzana salteada, no es lo mismo ni de lejos aunque no sorprenda. Pero si lo acompañamos de una guarnición de macarrones fritos te puedes morir del susto porque a priori parece que no pega. O si..
En fin, yo os explico como lo hago y ya decidiréis si os gusta o no.
Ingredientes para dos personas
2 pechugas de pollo80 g de macarrones de trigo duro1 manzana roja de carne crujiente1 granos de granada (opcional)Hierbas provenzalesOréganoPimienta negraAceite de oliva1 pastilla de sopicaldo de verduras
En este plato la estrella es el pollo, si no es bueno ya podemos olvidarnos del tema. Mejor adquirirlo en la pollería de toda la vida porque necesitamos que la carne sea tierna y firme.
Primero limpiaremos y daremos forma a las pechugas hasta obtener dos solomillos de ración. No se os ocurra tirar los trocitos de carne sobrante. Se pueden hacer bolitas o tiras de pollo rebozado crujiente, utilizar para ensalada, hacer croquetas, poner en el caldo...
A continuación deshaced con las manos la pastilla de sopicaldo sobre un plato. Añadíd aceite de oliva y aplastad con el reverso de una cuchara para que se deshaga. Añadir el orégano y las hierbas provenzales.
Condimentad los solomillos de pollo con pimienta negra e introducidlos en el marinado. Reservar durante treinta minutos para que la carne tome todo el sabor. Voltear una vez durante la espera.
Poned a hervir agua con un poco de sal y coced los macarrones al dente.
Yo suelo coordinar la cocción de los macarrones con el final de la cocción de las pechugas para así pasar directamente del escurrido a la sartén.
Como cocinar las pechugas para que no queden demasiado secas.-
Poned aceite en una sartén, Esperad a que se caliente (fuego medio alto) sin que se queme e introducid las pechugas. Hasta que no estén doradas por un lado no les deis la vuelta.
Observad los bordes de la carne en la fotografía de la izquierda, la zona blanca indica que el calor ya ha penetrado en la carne. La pechuga de la derecha está a punto para voltear. A la de la izquierda al ser más gruesa le falta todavía un poco.
En la fotografía de la derecha veis como he resuelto la desigualdad del grosor de la carne. Simplemente he inclinado la pechuga del lado más grueso para que se haga antes. Es una manera de que no se nos reseque. Si doramos la pechuga por un lado, el reverso solo necesita dos minutos más de cocción aproximadamente. No obstante están atent@s a los laterales.
Reservadlas al calor.
Al tiempo podemos ir cortando la manzana a gajos finos. Si no las vais a usar inmediatamente rociadlas con unas gotitas de limón para que no ennegrezcan.
Poned un hilo de aceite en una sartén y retirad el exceso con papel de cocina. Solo necesitamos una base engrasada para que no se pegue. Calentad un poco la sartén y saltead las manzanas a fuego vivo.
Si ya tenemos los macarrones cocidos, escurrir con un colador e inmediatamente pasadlos a la sartén donde hemos cocinado las pechugas de pollo. Mezclad para recoger todos los sabores de las hierbas. Condimentad por encima con un poco del aceite de la marinada y pimienta negra recién molida.
El toque final a la pasta consiste en dejar que sofría un poco junto con todos los jugos.
Servir recién hecho.
¿Qué queréis que os diga? ¡A mi me encanta!
Nota: Al terminar de cocinar las pechugas las he dejado reposar dentro de la misma sartén unos instantes para que soltaran el jugo. Con un cuchillo fino he hecho unos cortes a la carne y la he condimentado con ese jugo unido al poquito de aceite de la misma sartén.
La pasta también ha recogido ese sabor, pero os recuerdo que le he añadido parte del aceite de la marinada.
¡Qué aproveche!