Los probióticos son a día de hoy uno de los productos más recomendados por el gremio profesional de la salud, y no es de extrañar, gracias a sus notables beneficios para nuestro organismo. Los probióticos están compuestos de varias cepas bacterianas que forman parte de nuestra flora intestinal desde que nacemos, una flora que se va deteriorando a causa de un estilo de vida poco saludable. Por tanto en muchas situaciones, un aporte en forma de suplemento puede resultar de gran ayuda para las personas afectadas que sufren un deterioro intestinal.
Hoy, quería arrojar luz sobre la relación que existe entre los probióticos y la pérdida de peso.
Los probióticos ayudan a adelgazar
Esto es cierto, pero no lo hacen directamente, me explico. Tomar probióticos en forma de suplemento no va a potenciar la pérdida de peso, pero si que puede favorecerla mediante otros factores, que cito a continuación, entre otros:
- Mantienen una flora intestinal saludable, lo que mejorará la absorción de nutrientes y la utilización de la energía.
- Protejen y cuidan las paredes de nuestro intestino, esto evitará la invasión de muchas macromoléculas derivadas de la digestión y de péptidos de origen bacteriano al torrente sanguíneo.
- Combaten e impiden el crecimiento y la proliferación de parásitos patógenos, como la cándida albicans o proteus mirabillis.
- Alivian y corrigen el estreñimiento causado por hábitos alimenticios inadecuados o estrés.
- Colabora con nuestro sistema inmunológico para eliminar y neutralizar patógenos.
- Gracias a ellos se pueden sintetizar vitaminas y hormonas, como la B12 y la serotonina.
Todo esto dará lugar a una menor inflamación, un aprovechamiento más eficaz de la energía, una menor acumulación de sustancias tóxicas en el organismo y un sistema inmunológico mucho más descansado. Sin lugar a dudas la pérdida de peso será una consecuencia de todo esto.
Acción directa de los probióticos sobre la ganancia de peso
Antes de nada, la simple ingesta de probióticos no va a resultar en una pérdida de peso, pues son muchos los factores que están en juego. La desesperación y la falta de voluntad hacen muchas veces que creamos y caigamos en productos milagrosos que prometen quitarnos kilos rápidamente, pero lejos de la realidad, lamentablemente. En este aspecto es donde entra en juego la visión holística del profesional o de la persona, que tendrá que evaluar correctamente el para qué del producto que está tomando. Cuando recomendamos tomar probióticos a una persona únicamente para adelgazar, o tomemos esta decisión para nosotros mismos, creédme que estamos siendo muy reduccionistas, pues seguramente encontraremos múltiples factores que puedan estar agravando la ganancia de peso, como puede ser la alimentación, el sedentarismo o el estrés, entre otros. Inevitablemente eso nos lleva a tomar un abordaje mucho más serio y especializado, tratando a la persona o a nosotros mismos como un enfermo, no como una enfermedad.
Bien, en referencia al encabezado, existen estudios como éste, donde la ingesta de probióticos, en especial de bacterias acidolácticas, y para ser más precisos, de Lactobacillus Gasseri, resultó ser satisfactoria para frenar la ganancia de peso, (fijaros el matiz, frenar la ganancia de peso, no quiere decir lo mismo que perder peso). La cepa de Lactobacillus Gasseri tiene efectos positivos sobre la reducción del apetito, pues según el estudio es capaz de estimular la liberación de la leptina en el tejido adiposo, provocando sensación de saciedad. La cepa bacteriana guarda también un rol importante sobre los transportadores de glucosa, mejorando su función para disminuir la resistencia a la insulina.
Desde mi punto de vista, creo que al reducir la permeabilidad intestinal, la cuál está relacionada con el cerebro, facilitará la entrada de la leptina a la barrera hematoencefálica, donde resulta activa de verdad, un hecho que en personas que sufren obesidad o sobrepeso está poco acentuado, tanto por el exceso de masa grasa, como por un deterioro intestinal. Existen estudios además que demuestran que la población bacteriana que habita en el intestino es diferente de una persona delgada a una obesa, algo lógicamente entendible que no necesita respaldo científico.
Por tanto, mi consejo no es que toméis probióticos para adelgazar, sino que acompañéis la toma de los mismos conjuntamente con actividades saludables. Insisto además, para los que decidáis tomar probióticos, en la toma de glutamina para potenciar la regeneración del enterocito.
Recordad que la pérdida de peso tan sólo es el resultado de mantener un estilo de vida saludable.
¡A seguid san@s no lo olvidéis!