Un postre casero con la fruta que supuso la perdición de Eva, la versátil manzana, a la que descorazonamos (por supuesto, no a disgustos), sólo me refiero a retirar el troncho, luego pelamos las manzanas con cariño y si lo hacemos con mimo nos salen unas rosquillas de diseño … es muy fácil (una vez que las tenemos preparadas para rebozar en una masa muy facilona), echar mano y comerse alguna, pero permitir que os de un consejo: aguantar un poco, que enseguida las freímos en la sartén, las espolvoreamos con azúcar glass y vais a saber lo ricas que están.
Aquí nos han encantado, de hecho no ha quedado ni la de la vergüenza, pero en esta casa ya de ésa, tampoco nos queda.
Os espero dispuesta a preparar otra tanda, os ponéis el delantal y empezamos.
INGREDIENTES: 4 manzanas Golden, 150g de harina de repostería, 1 huevo, 1/2 sobre de levadura, 250g de leche, 1/2 limón, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 1 pizca de sal, 2 cucharadas de mantequilla, 2 cucharadas de azúcar y aceite.
Para espolvorear: azúcar glass o canela.
Preparamos la crema
En una taza echamos la leche, añadimos el zumo de limón y dejamos reposar unos minutos.
En un bol ponemos la mantequilla derretida, el huevo y añadimos la leche que tenemos en la taza con el limón. Batimos.
Vamos incorporando la vainilla, el toque de sal, la levadura, el azúcar y seguimos batiendo. Reservamos.
Preparamos las manzanas
Pelamos las manzanas, retiramos el troncho y las cortamos en aros de unos 2 cm.
Freímos las rosquillas
En una sartén bien caliente, echamos el aceite, rebozamos la manzana en la crema y freímos.
Sacamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Dejamos que se atemperen y colocamos sobre una bandeja.
Espolvoreamos con azúcar glass o canela y a la mesa.
Espero que os gusten.