Lo confesamos: llegamos a este vino gracias a Joan Gómez Pallarès y su De Vinis, una maravilla de poesía, cultura y vino, que debería ser de lectura obligada para cualquier amante del buen vino. Buscamos dónde conseguir una botella (de esta añada, sólo se hicieron 254) y la hemos tenido guardada unos meses con respeto, casi con veneración. Un encuentro en VinoDIvino con Marc Rusca, sommelier de Can Ràfols dels Caus, amante del buen vino y gran amigo nuestro, fue la ocasión perfecta para abrirla. Un vino blanco que fascina desde la misma botella, con lacre azul que le da un toque artesanal y personal, distintivo.
Pero, antes de hablaros del vino, merece la pena detenerse en el paisaje en el que nace, y en conocer mejor a la artista. No se puede definir de otra manera a quien está detrás de esta maravilla.
El paisaje
La zona donde se produce, en el Pla del Manlleu, Tarragona, es un territorio con patrimonio natural, paisaje mediterráneo de bosques y viñas, donde ya en el siglo X estuvo la encomienda templaria de Selma. Tierras nacidas de la conquista a los musulmanes, donde se establecieron las “parialatas”, unidades de explotación agraria, con las “turris”, de piedra y cal, donde se protegían sus habitantes.
En estas tierras, Ester y su pareja, Carles Ortiz, plantaron hace 10 años ya unos viñedos, en terreno arcillocalcáreo.
El territorio
(La foto es de la Agrupació d’Agricultors del Pla de Manlleu, podéis visitar su web haciendo click en ella).
La artista
Ester Nin es hija de un viticultor tradicional del Penedès, y la viña le es familiar desde bien pequeña, cuando ayudaba a su padre con pequeñas tareas. Estudió enología en Tarragona, donde conoció a Sara Pérez (otra gran dama del vino), y empezó a colaborar con ella y su familia en Mas Martinet, para luego ir a colaborar con Clos Erasmus, y conseguir en su primer año (y el siguiente) los 100 puntos Parker, por primera vez en la historia del vino español. No es necesario decir que eso la catapultó a la fama en el mundillo. Pero es que además, al mismo tiempo elaboraba como proyecto personal Nit de Nin, tinto de garnacha y cariñena de viñas viejas, y conseguía 98 puntos. A veces, Parker tiene cosas buenas !
El vino
Bodega: Familia Nin Ortiz
Variedades: Roussane, Marsanne, Xarel.lo y Chenin Blanc
Producido según los principios de la agricultura biodinámica y ecológica, criado durante 8 meses en barrica de 225 litros con sus lías, usando sólo levaduras autóctonas.
Es un vino blanco distinto, en un punto óptimo de consumo, magnético, atrapa desde el primer momento, un bonito color dorado, intenso, limpio; unos aromas que transmiten el territorio, minerales, pero también varietales, en un perfecto equilibrio: miel, pera, melón, infusión de flores, ciruelas claudias, madreselva…todo redondo y estructurado, bien encajado, atrayente y sugerente, apetece beberlo nada más olerlo. En la boca es todavía mejor, su sabor engancha, su textura oleica y melosa llenan la boca, es potente pese a su poca graduación (13º), con una perfecta acidez y un posgusto muy agradable. Un vino diferente, para disfrutarlo durante horas, acompañando una buena mariscada, o unos quesos potentes. Un vino para no ser egoísta, para disfrutarlo en en compañía, para gozar viendo las caras de agradable sorpresa de quienes lo prueban. Una pequeña joya, escasa y difícil de encontrar (lo siento, aquí se seremos egoístas, y no os diremos dónde hemos visto alguna otra botella de la misma añada), y a un precio elevado (alrededor de 38 euros por botella), justificado por su escasez, pero que merece la pena por los momentos de placer al disfrutarlo. Cuidado, se puede convertir en un vicio ! Muchas gracias, Ester Nin, por el tiempo que has dedicado a elaborarlo.
Sólo 254 botellas en esta añada!