Existen muchos mitos en relación con la nutrición que debes desterrar si quieres seguir una alimentación sana. Seguramente muchos de ellos los habrás escuchado o leído en alguna revista más de una vez. El problema es que, a pesar de su origen incierto, generalmente son aceptados y puestos en práctica casi sin cuestionamientos.
Algunos de los más populares son:
“El pan integral tiene menos calorías que el pan blanco.”
FALSO. Ambos tienen aproximadamente la misma cantidad de calorías. La diferencia está en el contenido de fibra dietética. El pan integral aporta mayor cantidad de fibra, por lo tanto brinda mayor sensación de saciedad.
“La sal engorda.”
FALSO. La sal no engorda porque no tiene calorías. En algunas personas puede favorecer la retención de líquidos. Está contraindicada en dietas bajas en sodio y se debe evitar siempre su abuso dentro de una alimentación saludable.
“Tomar agua con las comidas engorda.”
FALSO. El agua no aporta calorías. Puedes beberla antes, durante o después de las comidas.
“Si es light puedo comer la cantidad que quiera.”
FALSO. Los alimentos light no son cero calorías como algunos creen, simplemente contienen menos calorías que el producto original. Para lograrlo se recurre, en general, a reducir su contenido de grasa y/o azúcar. Por ejemplo, en la etiqueta de un queso untable light puedes leer “50% menos de grasa”, lo cual equivale a un 30% menos de calorías. Al igual que ocurre con otros alimentos, puedes consumirlos pero controlando las cantidades.
"Los huevos colorados son más nutritivos que los blancos."
FALSO. Ambos tienen igual contenido de nutrientes. El color de la cáscara de los huevos depende únicamente de la raza de la gallina, y no es un indicador de su calidad nutricional.
"Las tostadas tienen menos calorías que el pan fresco."
FALSO. El pan fresco y el pan tostado tienen las mismas calorías. La principal diferencia está en el contenido de agua; al tostar el pan este pierde agua (pesa menos) pero no calorías.
“El alcohol fija las grasas.”
FALSO. Yo diría que las bebidas alcohólicas no fijan la grasa, sino que suman calorías. El alcohol aporta 7 calorías por gramo, casi el doble que los carbohidratos y proteínas (4 Kcal/g) y casi tanto como las grasas (9 Kcal/g). Debes tener en cuenta que el consumo de más calorías de las necesarias se traduce en aumento de peso. A modo de información podemos decir que una lata de cerveza aporta unas 100 calorías, mientras que una copa de vino alrededor de 90.
Recuerda, la mayoría de los mitos sobre alimentación carecen de fundamento científico. Por lo tanto, antes de poner en práctica cualquiera de ellos consulta con un profesional.