Idea principal: Los suplementos baratos en la gran mayoría de los casos no cubren nuestras necesidades y objetivos haciéndonos malgastar el dinero. El precio no define la calidad de un producto, pero debemos entender que lo más barato nunca puede ser bueno. La asimilación y sinergia de todos los nutrientes que contiene el producto es lo que define su calidad. Los suplementos convencionales además están cargados de aditivos, empleados para abaratar costes, que entorpecen la absorción de muchos de los nutrientes (vitaminas, minerales...) que lleva el producto.
¿Por qué no elegir suplementos baratos para cubrir carencias nutricionales?
Después de los años de experiencia que llevo en el campo de la nutrición y la salud, creo que me he ganado el derecho de poder opinar fielmente sobre el mercado de la suplementación deportiva. Mi intención es vencer y derrotar a la ignorancia que muchos consumidores sufren a la hora de comprar suplementos deportivos, incluso atletas profesionales y de alto rendimiento. Apostar por productos de bajo coste que prometen una buena calidad es a día de hoy el principal pensamiento de muchas personas a la hora de comprar un suplemento o complemento nutricional.
Entendemos obviamente que caro no es sinónimo de bueno y mejor, sin embargo, os puedo asegurar, al menos en el campo de la suplementación, que lo más barato nunca va a ser bueno. Pensemos con lógica. Ninguna de las empresas o marcas distribuidoras de suplementos nutricionales invertirían miles de euros en ingredientes y procesos de calidad para vender sus productos a precios de escándalo. Todo lo contrarrio, como cualquier negocio el objetivo es siempre obtener un beneficio neto que compense el trabajo realizado.
¿Por qué entonces algunos suplementos son baratos?
Por dos cosas, o bien porque se ha producido masivamente, como el caso del colágeno, que te lo venden ya en cualquier supermercado por 5 euros o porque ese producto lleva muy poca cantidad de la vitamina, mineral o planta que ofrece. De ahí que en herbolarios y farmacias te aconsejen tomar el producto ininterrumpidamente durante varias semanas para que haga más efecto. No es por el efecto, es porque no hace nada prácticamente, y es partir de los 15 días aproximadamente cuando nuestro organismo puede apreciar ligeramente ese suplemento y utilizarlo. Justamente cuando se te ha acabado y tienes que volver a comprarlo.
De nada sirve lo que comes sino lo puedes absorber
Así es, si la absorción y asimilación de los ingredientes que incluye el suplemento no es correcta, ya podemos tomar kilos y kilos que lo único que estaremos haciendo es mear dinero, vulgarmente hablando, o sobrecargar a nuestro hígado y riñones de trabajo.
Cuando me pongo pesado en que invirtamos en comida de verdad (integral y ecológica) y no en medicamentos o suplementos baratos de pobre calidad es porque la mejor absorción y asimilación la vamos a encontrar en un alimento. En esencia porque el alimento posee la energía, enzimas, vitaminas, minerales, agua... En las proporciones idóneas para que nuestro cuerpo pueda asimilarlo.
¿Y qué pasa si tenemos problemas de absorción a nivel interno?
En el 90 por ciento de los casos, el otro 10 lo dejo por temas de genética, los problemas de absorción a nivel interno vienen por ingerir productos refinados en exceso, que agotan nuestras reservas. Al estar refinado carece de enzimas y oligoelementos cruciales para metabolizarlo, por lo que nuestro organismo utilizará su propia reserva para hacerlo, provocando deficiencias posteriormente.
Con los suplementos pasa lo mismo. Pongo el ejemplo del calcio. El calcio para que se absorba correctamente requiere de la presencia de grasas, vitamina D, magnesio, vitamina C, ácido clorhídrico y colesterol principalmente. Si lo tomamos sólo, en cápsulas por ejemplo, su absorción será casi nula, sin olvidarnos de que está limitada ya de por sí de manera natural por nuestro intestino (40%). Si por el contrario decidimos comernos unas sardinas, que tienen calcio, la cosa es diferente. Fijaros:
Las sardinas tienen grasas saludables, magnesio en buena proporción, vitamina D y al ser ricas en proteínas estimularán la producción de HCL, esto hace que el calcio de la misma sea mucho más asimilable. Si las acompañamos de algún vegetal de hoja verde que aporte vitamina C, todavía más. Como este caso hay cientos.
¿Qué suplementos elegir entonces?
Hay suplementos buenos claro que sí, pero ya os digo que no los conseguiremos por 5 o 10 euros al mes. La mejor manera de saber si el suplemento es de calidad y va a satisfacer nuestra necesidad o problema son los ingredientes que contiene. Pongamos algunos ejemplos.
El cardo mariano se vende en herbolarios a un precio aproximadamente de 10 euros. El producto suele ofrecer extracto seco de cardo mariano, cuyo principio activo es la silimarina. Indicado especialmente para afecciones de hígado. Cada cápsula contiene una cantidad de miligramos que varía dependiendo de la marca. Su composición se acompaña de estearato de magnesio, almidón de arroz, gelatina y dióxido de silicio, para el caso de la foto.Este producto se toma para favorecer la regeneración hepática. Este proceso no se lleva a cabo únicamente tomando silimarina. Se requiere también de aminoazufrados, colina, vitamina B6, omega 3, vitamina C, hierro... Que el producto no incluye en su composición. Si llevase estos ingredientes seguramente costaría 40 o 50 euros más, desde luego. Si incluyese todo eso, el efecto sería realmente efectivo y en menos tiempo. Tomando solo cardo mariano debemos estar, dependiendo de la afección, unos 3 meses tomándolo. Encima esta marca, para abaratar costes mete almidón de arroz y excipientes que reducen la absorción todavía más.
Si, puede que nos cueste 6 euros, pero no nos va hacer nada prácticamente. Con ello se corrobora el refrán de que lo barato sale caro.
Típico multivitamínico, además de una marca conocida y bastante odiada por cierto, y no me extraña. Si miramos la composición el producto incluye demasiados excipientes (almidón de maíz, carboxilmetilcelulosa) que reducen la absorción de las vitaminas que contiene. La vitamina C se presenta como ácido ascórbico, se podría mejorar incluyendo por ejemplo extracto de acerola o ascorbato de magnesio que es más asimilable y no produce acidez y malestar estomacal. Las vitaminas liposolubles se presentan en forma de acetato, que es más barato. La proporción de minerales además está poco balanceada haciendo que el magnesio prácticamente no se absorba, casualmente el más importante de todos. Lo demás es correcto.Si este suplemento incorporase ingredientes más naturales el precio se encarecería bastante, pero la asimilación sería mucho mayor.
Las formas en las que se presentan los ingredientes repercute enormemente en la calidad del producto final. Como es el caso de los emulgentes, no es lo mismo utilizar E-471 que lecitina de soja. O no es lo mismo utilizar carotenos, que extractos de verduras en polvo. Carbonato de magnesio o citrato de magnesio.
Conclusión
En general lo mejor es optar por invertir en comida de calidad. En vez de comprarnos colágeno en polvo, guardarnos ese dinero para comprar un jamón ibérico de buena calidad o pescado salvaje. En vez de comprarnos Omega 3 en cápsulas invertir ese dinero en comprar huevos ecológicos de primera. Existen suplementos de muy buena calidad, todo hay que decirlo, eso sí, pocas o casi ninguna marca te los ofrecerán por precios bajos. Lo bueno se paga, como todo en la vida. No olvidéis que nuestra salud se merece lo mejor. De nada vale tomar vitaminas y suplementos baratos si luego nos hinchamos a ingerir comida basura.
Cualquier duda no dudéis en escribirla en los comentarios. Si necesitás conocer marcas de primera calidad os diré todas ellas escribiéndome a mi mail:
Espero que os sirva de ayuda compañeros/as. ¡A seguid sanos/as no lo olvidéis!
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