Colgadas de una perchita en la cocina de la casa de mis padres, la mía, siempre había unas talegas para el pan. Eran de tela de puro algodón con unos bordados muy sencillos y bonitos. Esas mismas talegas las he usado en mi propia casa, pero temía que el algodón terminara rasgándose en cualquier momento. A la vez, no quería que se quedaran guardadas para siempre en un cajón sin que volvieran a lucir, pues sé que mi madre no las hizo para tal fin.
Decidida me puse manos a la costura. Saqué unas telas blancas preciosas que tenía guardadas, recorté los bordados y los cosí a esas telas con las que hice nuevas talegas. Me siento feliz de haber podido dar nueva vida a los bordados que mi madre hizo con tanto esmero.Si os fijáis en la cinta en zig-zag que los rodea, procede de los adornos de un antiguo traje de flamenca que ya una de mis hijas no se pone.
Lo único que he tenido que comprar ha sido el cordón que las cierra. Los he adquirido mediante Amazón, siendo el envío muy eficaz y seguro que es lo importante en estos días de cuarentena. No hay más remedio que mantener la mente ocupada, son muchas las horas que pasamos en casa y toda distracción es poca.#YoMeQuedoEnCasaImagináis bien, estas talegas para el pan son mi aportación para el proyecto 1+/-100 Desperdicio 0. de Themofan Estoy segura de que mi amiga Marisa las recogerá con mucha ilusión. Yo encantada, como siempre, de aportar mis pequeños reciclajes.