Revista Música

Ultravox – capítulo 1 (jugando con el punk)

Publicado el 01 noviembre 2017 por Perendengon

ULTRAVOX – CAPÍTULO 1 (JUGANDO CON EL PUNK)

Hola Graminoleños.

Hoy viene a “La Graminola” un grupo un tanto complejo que a lo largo de su trayectoria ha mostrado continuos cambios comprendidos en tres épocas distintas con un líder significativo diferente en cada una de ellas. Eso sí, la predominante, la de mayor éxito y de mejor música sería su etapa vinculada al tecno-pop del que llegaron a convertirse en auténticos abanderados. Estoy hablando de “Ultravox”.

Hay que viajar hasta el año 1973 para encontrar las raíces del grupo. En aquel momento un joven londinense llamado John Foxx disfrutaba haciendo música influida por el emergente glam rock de la época. De esta manera junto a Chris Cross, Stevie Shears, Warren Cann y William Lee Currie formaría un grupo que poco sospechaba iba a alcanzar años después, y sin él en la formación, un rotundo éxito.

Inicialmente el grupo tomaría el nombre de Tiger Lily y no sería hasta el año 1975 cuando publicarían su primer sencillo. titulado “Ain’t Misbehavin”, que nada iba a parecerse a lo que iba a venir años después.

La historia de la música está repleta de artistas que en sus incios hacían un tipo de música para evolucionar hacia otros estilos con los que finalmente consiguieron llegar al público, pero el caso de Ultravox el cambio es incluso exagerado. Como acabamos de ver en esta carta de presentación nada de sintetizadores, nada de caja de ritmos, en definitiva como la noche y el día.

Su viaje para abrirse camino en el panorama musical fue lento, pasito a pasito. Y es que tardaron en darse cuenta de que debían cambiar de estilo y no lo harían hasta bastantes años después. Mientras tanto, tras la publicación de este primer sencillo, decidirían cambiar de nombre y lo hicieron hasta en cuatro ocasiones hasta dar con el que iban a ser conocidos por todo el mundo, el definitivo Ultravox.

Ya con este nuevo nombre firmaría su primer contrato con una discográfica y una de sus canciones sería incluida en un recopilatorio que serviría para presentar a nuevas bandas del sello. Su título: “The Wild, The Beautiful and The Damned”.

En el año 1977 les llegaría la oportunidad de publicar su primer larga duración. Llevaría el título de “Ultravox” y estaría marcado por esa música glam-rock que venían mostrando aunque con alguna variante, que iba a mostrar lo que años después iba a suceder y, sobre todo con una excepción muy clara que en un momento os contaré.

ULTRAVOX – CAPÍTULO 1 (JUGANDO CON EL PUNK)

Como ya digo, el disco muestra el mismo estilo que habían trabajado desde su fundación como banda, pero con la pequeña variante de la introducción del sonido de los teclados. No eran tontos y se estaban dando cuenta de la revolución tecnológico-musical que se acercaba según asomaba la década de los 80 y ellos intentaron darle un toque personal a su música.

Únicamente se publicaría un sencillo de este disco. Se trata de “Dangerous Rhythm”, una canción en la que habían depositado prácticamente todas sus esperanzas de éxito pero que no lograría los resultados deseados, lastrando de algún modo las ventas del álbum.

En aquella época se vivía el mayor apogeo de la música punk, por lo que todo aquello que no oliese a este estilo no acababa de encajar. Por este motivo no es de extrañar que las ventas del disco fuesen un auténtico fracaso. No obstante, según se acercaban los 80, la música de sintetizadores estaba empezando a asomar amenazando con covertirse en una nueva tendencia como así sucedería.

Ultravox se darían cuenta de que ese era el camino más seguro a seguir y alguna de las canciones de este álbum mostraban un marcado sonido de los teclados de un sintetizador, algo que les iba a proporcionar en muy poco tiempo un éxito absoluto, aunque ellos todavía no lo sabían. De esta manera, el tema “My Sex” puede considerarse como el auténtico pistoletazo de salida a lo que estaba por venir.

Habida cuenta de los malos resultados que cosecharía su álbum de debut, muy pocos meses después, todavía en el año 1977, saldría al mercado su segundo disco en el que reincidirían en los errores cometidos con su ópera prima y con el que sus resultados de ventas y aceptación por parte del público no serían tampoco satisfactorios.

El disco llevaría el título de “Ha! Ha! Ha! y lo cierto es que no sería motivo de demasiadas risas. Nuevamente su estilo intentaba moverse en aguas guitarreras y acercarse al punk, pero evidentemente no era ese su verdadero terreno.

ULTRAVOX – CAPÍTULO 1 (JUGANDO CON EL PUNK)

Estaba claro que el grupo estaba sumido en un estado de ansiedad y desesperación por remontar el vuelo que les llevaría a precitiparse. En primer lugar por el escaso margen de tiempo transcurrido entre los dos discos publicados y en segundo lugar por no modificar su estilo. Eso por no hablar de algún error sonado en matería de márketing.

Para que nos hagamos una idea, no se les ocurriría otra cosa que regalar a los que compraron el disco nada más salir al mercado un single que sería publicado como segundo sencillo meses después. Evidentemente con esta ocurrencia no conseguirían atraer a más compradores del álbum y cuando “Quirks” salió finalmente al mercado cosecharía unas ventas casi ridículas.

Como puede comprobarse, intentaban imitar el sonido punk de moda, con canciones tocadas a todo trapo, con las guitarras llenándolo todo y con unas composiciones cortas y directas. La calidad de la música … eso ya es otra cosa.

Ninguna de las canciones del álbum alcanzaría demasiada repercusión. Si acaso el primer sencillo que aparecería en el mercado, titulado “RockWrok”, alcanzaría algo de popularidad gracias a su emisión en algunas emisoras de radio del Reino Unido.

Curiosamente, como ya sucedería con su primer álbum, una de las canciones que se salían de la tónica general, es decir, que introducián el sonido de los sintetizadores en su melodía y dejaban ese olor claramente a música tecno, iba a ser una de las que mayor popularidad adquiriría a pesar de no ser publicada como sencillo.

La canción a la que me refiero llevaría el título de “Hiroshima Mon Amour” e iba a evidenciar claramente, una vez más, que si querían triunfar en el futuro éste debía ser el estilo en el que se manejaran.

Como no podía ser de otra manera, los malos resultados de ventas de sus dos primeros discos iba a desencadenar la primera gran crisis entre sus miembros. La mayoría de ellos se darían cuenta de que el tecno era la música que iba a triunfar en los próximos años y ése era el estilo que querían abrazar. Sin embargo, el guitarrista “Steve Shears” opinaba todo lo contraría y quería persistir en el sonido que habían mostrado hasta este momento. Afortunadamente para ellos, triunfaría el criterio de los que apostaban por el cambio, lo que originaría la inmediata salida de la banda de Shears.

Sería a partir de este momento cuando darían el giro de timón definitivo hacia la música que iba a cautivar a tantos aficionados en la década de los 80 y que les iba a llevar a la cumbre del éxito, aunque no de manera inmediata. De esta forma, en el año 1978 saldría al mercado “Systems Of Romance”, su primer álbum con un sonido completamente tecno.

ULTRAVOX – CAPÍTULO 1 (JUGANDO CON EL PUNK)

El giro total que darían hacia ese estilo tecno tan ochentero sería evidente y para ello contarían con un nuevo guitarrista en la persona de Robin Simon. La elección no fue caprichosa ya que tenía cierta experiencia en algún grupo tecno de menor nivel de la época. Y es que hay que tener en cuenta que los tonos y los acordes de guitarra en este tipo de grupos son radicalmente opuestos a los que se escuchan en bandas de pop o de rock, por lo que su incorporación se convertiría en fundamental.

Así pues, la canción “Slow Motion” pasaría a la historia como su primer sencillo con el sonido predominante de los sintetizadores y un giro absoluto a su manera de hacer música.

A pesar de todos sus esfuerzos por agradar al público y a pesar de los profundos cambios introducidos en su música, los resultados de ventas del disco fueron bastante flojos. No acababan de remontar el vuelo y la situación comenzaba a convertirse en insostenible. El único atisbo de esperanzaba radicaba en que en esta ocasión cierta parte de la crítica especializada elogiaría sus canciones.

Con este disco sucedería como en tantas y tantas ocasiones ha sucedido con grandes artistas cuando realizan un cambio drástico en su música, es decir, en su momento pasaría con más pena que gloria y años después, cuando el grupo ya estaba en la cumbre, se reconocería como un gran trabajo. Sea como fuere, de lo que no cabe duda es de que nos encontramos ante la primera piedra de ese edificio que iban a construir en muy poco tiempo.

Si he de quedarme con un tema de este disco, yo elegiría sin dudarlo “Quiet Men”. Creo que es el mejor de todos y una de las pocas canciones de su primera época que podría haber formado parte tranquilamente de sus trabajos de mayor éxito.

Pero como ya sabemos todos, en el mundo de la música “poderoso caballero es don dinero”, y si no hay buenas ventas no hay dinero. Por este motivo su casa discográfica se cansaría de apostar por ellos y tendrían que buscar nuevo sello discográfico. Los problemas crecerían en aquella época ya que John Foxx, harto de esperar su momento de gloria y enfrentado al resto de los miembros de la banda, decidiría abandonar el grupo e iniciar su carrera en solitario. Supongo que viendo lo que vendría después se habrá arrepentido toda su vida de haber tomado esa drástica decisión.

Y es que con su marcha y el correspondiente cambio de vocalista, Ultravox iniciarían un incesable camino hacia el éxito, mientras que él en solitario lograría unos resultados más discretos pero dejando un buen puñado de canciones entre las que destaca sobre todas ellas una que se ha convertido en un auténtico clásico de la música de los 80.

La canción a la que me estoy refiriendo es una de las más representativas de la historia del tecno-pop de los 80. Una canción espectacular sin la que es imposible entender lo que significo la revolución de los sintetizadores en el mundo de la música. Señoras y señores, con ustedes “Europe After the Rain”.

La situación en esos momentos no era la más idónea. La crisis era profunda con la salida de Foxx del grupo e intentar encontrar una discográfica que estuviese dispuesta a apostar por ellos no era tarea fácil. De esta manera, por si las moscas, prácticamente la totadlidad de los miembros de la banada iniciarían algunos proyectos paralelos colaborando con otros grupos y artistas.

Uno de los que más activo se mostraría a la hora de llevar estas colaboraciones sería Billy Currie. Entre ellas se encontraría la más especial de todas y la que iba a originar un cambio radical de su suerte. En aquel momento, uno de los grupos más destacados del tecno-pop eran sin duda alguna Visage. Currie colaboraría en alguna de sus grabaciones con ellos y de esta manera entablaría amistad con uno de sus miembros el cual tenía un papel casi de relleno dentro del grupo. Su nombre era Midge Ure.

Ure se convertiría en el nuevo vocalilsta del grupo y con él iban a dar un tremendo salto de calidad para convertirse en uno de los grupos más destacados de los 80. Así las cosas, con el nuevo líder al frente de la banda, en el año 1980 aparecería en el mercado “Vienna”, el álbum más importante, que no el mejor, de la carrera discográfica de Ultravox.

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El disco iba a convertirse en el mayor éxito de su carrera hasta ese instante, con una música ya totalmente tecno y en el que la voz y las composiciones de Ure iban a proporcionarles el salto de calidad que necesitaban. El cambio fue absoluto resultando imposible encontrar cualquier similitud, por pequeña que fuera, con sus tres discos anteriores.

Cualquiera de las canciones que lo integran redunda en el sonido de los sintetizadores y la mayoría de ellas tuvieron potencial suficiente como para hacerse muy populares entre el público británico primero y del resto del mundo después. La carta de presentación de los nuevos Ultravox llevaría el título de “Sleep Walk” y mostraría bien a las claras su evolución.

Su música se convirtió en perfecta para bailar y de manera inmediata cautivarían al público más joven, logrando también muy buenas críticas. Con todas estas premisas, no es difícil comprender que por fin lograrían unas ventas considerables y se convertirían en uno de los grupos a seguir en los próximos años. Llevaban ya bastante tiempo en la carretera, pero con este álbum podría decirse que prácticamente habían iniciado su carrera propiamente dicha.

Además, la voz de Ure, su manera de interpretar cautivarían a muchos. Él sabía darle ese aire de distinción a las canciones del grupo y los teclados se adaptaban perfectamente a sus inflexiones de voz, como puede comprobarse en otro de los temas destacados del disco: “Passing Strangers”.

Pero lo mejor de todo vendría a continuación, gracias a la canción que da nombre al disco, la verdadera artífice de la revolución que estaba experimentando el grupo. Sin ella no puede entenderse su carrera y sin ella no puede entenderse el éxito del tecno en la década de los 80.

Por supuesto que me estoy refiriendo a “Vienna”, la mejor canción de toda su trayectoria y una de las mejores composiciones de la música ochentera. Una preciosa balada, con un ambiente misterioso, sobrecogedor y envolvente, en la que la caja de ritmos hace maravillas y la voz de Ure suena como nunca. Por si fuera poco, el videoclip es una auténtica maravilla por lo que creo que no exagero si afirmo que nos encontramos ante una obra maestra.

Muchas veces una canción incluida en un álbum es la responsable absoluta de que éste logre un gran éxito. Pues bien, ésta es una de esas ocasiones, porque en el momento en el que “Vienna” fue publicada como sencillo alcanzaría una popularidad no lograda antes por ninguna de sus canciones y haría que las ventas del disco al completo se incrementaran considerablemente. Por fin habían llegado donde ellos querían. Les había costado mucho pero lo habían logrado por fin.

Tal sería el éxito del tema que da nombre al álbum que todavía se publicaría un cuarto sencillo, algo que no estaba previsto en un principio. Se trata de “All Stood Still”, posiblemente el tema más peculiar de todos, que en cierta medida eclipsado por su antecesor no alcanzaría los mismos resultados.

Lo que estaba claro es que por fin habían dado con la tecla. El cambio de discográfica, de estilo y de vocalista les había proporcionado el éxito que se les había negado hasta ese momento, por lo que no quedaba más que confirmar la alternativa con su siguiente disco, algo que os contaré en el próximo artículo de “La Graminola”.

Así pues no faltéis ninguno a nuestra próxima cita en unos días en la que saldremos de dudas si se les liaría la manta a la cabeza y creciditos sufrirían un retroceso o si por el contrario serían capaces de superar los resultados de su último disco. Os espero a todos, paso lista.

Hasta la próxima, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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