Muchos de vosotros os estaréis preguntando qué es
lo que el equipo quindillero ha hecho con sus vidas a lo largo del ya concluido
verano de 2013. Bueno, puede que no
te lo estés preguntando, de hecho es posible que NADIE se lo esté preguntando,
pero en fin, ¡yo lo cuento!.
¡Ea!.
Lo cierto es que no pudo hablar por todos, así que
me limitaré a comentar lo que Pendiente
de Diagnosticar y yo mismo hemos hecho, puesto que el resto se ha dedicado
a disfrutar a pierna suelta del sol y las playas malagueñas y supongo que tendrían
mucho que contar, pero ahora mismo la nostalgia empaña sus ojos y creo que no,
que no pueden y que sus psiquiatras no se lo aconsejan.
Nosotros dispusimos de una semana de vacaciones en
pleno Julio, momento en que Madrid se hace francamente inhabitable,
al menos para mí, así que es la época en la que solemos migrar a climas más
agradables (ya sabéis lo que yo digo: “compatibles
con la vida humana”) y en esta ocasión dirigimos nuestros pasos a nuestro
amado rincón de Babia y desde allí
realizamos incursiones a lugares tan fantásticos como las cuevas de Valporquero, así como a las hermosas
tierras asturianas, donde hermosos
paisajes y magníficas viandas recompensaron nuestros cuerpos.
En próximas entradas os contaremos cosas acerca de
lugares dónde comer en Oviedo, Avilés o Ribadesella y de cosas que ver, ¡muchas cosas que ver!,.
Durante el mes de septiembre dispusimos de tres otras tres semanas, una de ellas
transcurrió en Madrid y aprovechamos
bien las otras dos. La primera de ellas para volver a tomar contacto con el Camino de Santiago, que ejerce sobre
nosotros una atracción sencillamente irresistible.
En esta ocasión realizamos el trayecto entre León y Ponferrada. Cuatro jornadas que tienen de todo, caminos fáciles y
otros un poco más duros, pero que siempre reconfortan con el calor de la
belleza del paisaje, el recibimiento de las buenas gentes del lugar, de nuevo,
de sus viandas y sí, del inmenso placer que nos proporciona compartir jornadas
de camino con personas de todas las edades y nacionalidades.
Quiero retomar las crónicas del Camino de Santiago, algo que es un
proyecto personal
y que deseo concluir, pero que me cuesta mucho, las crónicas
son largas y realizar los mapas es algo bastante pesado, pero os prometo que la
sección volverá.
Y ya por último, pusimos rumbo a la playa, a Dénia, un lugar que a finales de
septiembre sigue proporcionando sol y playa, pero con algo más de tranquilidad
que en los meses centrales del verano y que más allá de tópicos, nos aporta
tranquilidad y la oportunidad de disfrutar de la buena mesa con productos del
mar y unos arroces increíbles.
También hablaremos de lo que nos hemos encontrado
en la ciudad alicantina, de los magníficos restaurantes con algunas de las
mejores cartas de vino que he visto en mucho tiempo y, en fin, ¡de la buena
vida!.