Yo siempre como las vieiras congeladas y sin la concha, que salen más económicas y ya vienen sin arena. Claro, eso por que guardo las conchas de otros años, por eso os aconsejo que no las tiréis ya que son muy útiles para presentar platos.
Ya las compréis frescas o congeladas, os recomiendo hacerlo con antelación. Ya que conforme se acerque Navidad, los precios suben como la espuma. Las compramos y las conservamos en el congelador.
A veces cambio las vieiras por mejillones, y como conservo las conchas, los presento igual.
- 8 vieiras (dos por persona)
- Un puerro (sobretodo la parte blanca) o una cebolleta
- Un vaso de leche
- Medio vasito de vino blanco
- Una cucharadita de maicena
- Aceite de oliva
- Queso o pan rallado
- Sal y pimienta
Picamos el puerro o cebolleta muy pequeñito. Lo pochamos a fuego lento con un chorrito de aceite de oliva, no hay que dejar que se dore, tiene que estar blanquito y pochadito. Añadimos un poco de pimienta y sal.
Disolvemos una cucharadita de maicena en un vaso de leche, y una vez bien disuelto (que no haya grumos), lo añadimos a la sartén. Mezclamos bien, la maicena va a espesar rápidamente, así que añadimos un chorrito de vino blanco y mezclamos hasta que ésta bechamel sea suave y cremosa. No tiene que ser ni muy líquida ni muy espesa.
Cortamos cada vieira por la mitad y separamos el coral. En una sartén con un pelín de aceite de oliva las saltemos unos minutos.
Añadimos una cucharada de bechamel en cada concha y en medio ponemos la vieira y su coral. No hay que pasarse al añadir bechamel, ya que en el horno se puede salir.
Cubrimos con queso o pan rallado, o ambos mezclados. Y las gratinamos hasta que estén doradas.
Me gusta servirlas con un poco de ensalada, como primer plato de una cena son ideales!!
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