De Villafranca del Bierzo parte una etapa que infunde temor a los peregrinos, la subida hasta O´Cebreiro,es una cuesta empinada donde se necesita de hacer un denodado esfuerzo, la recompenza para el agotado caminante bien vale la pena y es deleitarse con la vista majestuosa delpaisaje montañoso de la ondulada Galicia, el camino se cruza intermitentemente con la zona vinicola de la Ribeira Sacra, por eso cuando coroné las alturas me traslade en mi imaginación al cañon del rio Miño, que con sus viñedospueblan las laderas de sus montañas y que con mucho tesón logran extraer a esas tierras un vino que por acumular tantos esfuerzos bien vale la pena beberlo y es que esta zona encierra otra paradoja, la lluvia, que cuando cae en exceso perjudica la vinicultura ya que, no solo hay que luchar contra la topografia sino tambien contra el exceso de humedad que produce enfermedades, hongos, proliferación de vegetación que le hace la competencia a la viña por los nutrientes del suelo etc.
Como andaba a pie en el ultimo tramo de mi andar encontraba por doquier un vino que reclamaba atención por su etiqueta rosada, al degustarlo se tomaba facil, ya estaba acostumbrado a los vinos de uva Mencia, el vino Rectoral de Amandi que por su precio de 5 Euros complementaban con creces el placer que brindaba, si en el Bierzo me bebi el cielo azul, aqui me bebi el paisaje, cuando visite la zona y viel agua oscura serpenteando entre las montañas y la viñas sembradas en una pendiente de 60º o 70º entendi que esta zona era especial y todo lo que saliera de ella tenia un caracter excepcional .