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En la cocina tengo muchos “cacharros”, algunos más útiles que otros. Algunos que uso más a menudo que otros, ya que creo que tengo alguno que ni lo he estrenado.
Por eso me niego a meter ningún aparato-máquina-trasto-cacharro en casa. Bueno, me niego y que si me da por meter algo más en la cocina me van a sacar de casa!
Así que no puedo comprarme una yogurtera. Pero quiero hacer yogur en casa, no sólo porque esté más bueno que el comercial, sino por la satisfacción de hacerlo yo misma en casa. Después de navegar (y naufragar) mucho por la red, me quedó claro que la función de la yogurteraes mantener una temperatura concreta durante un tiempo para que se pueda dar la fermentación de la leche y esta se transforme en yogur.
¿Solución? Encontrar el modo de mantener esa temperatura de forma casera. Tras varios intentos fallidos, esta que os traigo es la manera que me ha funcionado. Si seguís estos pasos, lograréis hacer vuestro propio yogur en casa y hacerla las variaciones de sabores y demás que se os ocurran. El resultado es un yogur cremoso, más tipo al yogur griego que a los otros, de un sabor suave y delicado.Lo que más os llamará la atención es que para hacer nuestro yogur casero tenemos que usar yogur. Bien, a mí también me parecía un contrasentido al principio, pero para que la leche fermente y se convierta en yogur necesita la acción de dos bacterias. La mejor manera de conseguir esas bacterias es usando un yogur, que ya las tiene. En tiendas especializadas venden unos sobres para hacer yogur, con unos polvitos parecidos a la levadura que contienen estas bacterias. Pero es más fácil y económico utilizar un yogur comercial.
Dificultad: en sí no es difícil la preparación. La dificultad está en lograr las condiciones correctas para la fermentación.
Tiempo de preparación: 10 minutos.
Reposo: 8-10 horas.
Cantidad: 10 yogures tamaño estándar (125 g.)
Ingredientes:
- 1 yogur natural
- 900 ml. de leche
- 100 ml. de nata
Preparación:
1.- En un bol mezclamos el yogur con 50 ml. de leche y reservamos.2.- Ponemos a calentar en un cazo el resto de la leche y la nata hasta alcanzar una temperatura de 40-45ºC. Necesitaremos un termómetro de cocina, pero si no tenemos sabremos que está cuando al tocar la leche la notemos caliente pero que no queme. Es muy importante no pasarnos de esta temperatura para no matar las bacterias del yogur.
3.- Retiramos del fuego y añadimos el yogur que teníamos reservado. Mezclamos hasta integrar bien.
4.- Vertemos la mezcla en los vasitos (o en un tarro grande) y tapamos con papel de aluminio.
5.- Los colocamos en un tupper grande o en una bandeja de horno, tapamos bien con paños de cocina para mantener el calor y los introducimos en el horno apagado pero caliente. Puede ser que lo hayamos usado para algo y lo hayamos apagado (y esperado un poco para que baje la temperatura) o si no lo podemos calentar a 50ºC unos minutos, apagarlo y meter los yogures. Dejamos que reposen ahí unas 8 horas. Mejor prepararlos a la noche y dejarlos ahí hasta la mañana siguiente.
6.- Una vez listos, los metemos al frigorífico unas horas antes de consumir. Servirlos acompañados de azúcar, mermelada, miel,…
Trucos / Consejos / Variaciones
- si tenéis yogurtera, seguid todos los pasos hasta el 4 y luego seguid las instrucciones del fabricante.
- no es necesario usar leche fresca, ni siquiera leche entera, vale cualquiera que tengáis. Eso sí, con la fresca y entera quedará más cremoso.
- si no queréis añadirle nata para que sea más ligero, podéis sustituir los 100 ml. de nata por leche. Pero en ese caso estaría bien que añadierais 2 cucharadas de leche en polvo para que coja más consistencia.
- el yogur a utilizar da igual de qué tipo sea. Si usáis uno de sabores, el resultante también tendrá sabor (aunque mucho más diluido).
- en algún blog leí que lo habían hecho también con leche de soja y yogur de soja. No sé si así funcionará, ya que en la leche de soja no hay lactosa que fermente…
- · la textura que se consigue es más similar a la de un yogur griego que a un yogur “normal”. La parte de arriba sí que queda algo más consistente pero por dentro es más cremoso.
- las variaciones son infinitas, tantas como se os ocurran. Podéis cambiar el tipo de yogur que usáis, añadirle mermelada, fruta fresca, aderezarlo con miel, con sirope de chocolate,…
- podéis guardar uno de los que hagáis para usarlo para hacer más. Aunque leí en algún sitio que esto se puede hacer 4 veces, que luego es recomendable utilizar un yogur comercial.
- las formas de mantener el calor pueden ser muchas, depende un poco de vuestras posibilidades/ganas. Además de usar el calor residual del horno, también hay gente que usa el calor de una olla. Otra gente pone los yogures a fermentar sobre un radiador (sabiendo que toda la noche o tiempo va a estar encendido). Hay gente también que pone los yogures en una caja con una manta eléctrica y los tiene así fermentando… Personalmente prefiero el del horno, no sólo porque es el que me ha funcionado, sino porque suelo encender el horno mínimo una vez a la semana y así aprovecho el calor residual.
Todo el mundo a hacer yogur en casa, ¡que viva lo “Home made”!