evilla, además de un color especial, tiene dos islas aunque no lo creáis, Isla Mayor e Isla Menor, enclavadas en el centro geográfico de las Marismas del Guadalquivir y lugar donde se concentra la mayor producción de arroz de España. Con el inicio del otoño, este paraíso del entorno húmedo de Doñana, se transforma durante algo más de un mes, y entre sus grandes praderas de arrozales, se deslizan las cosechadoras para recolectar un grano de excelente calidad.
En esta superficie marismeña repleta de canales y de antiguos brazos del ríoBetis (manque pierda), el cielo y el agua se abrazan en una llanura infinita y en ella tiene su morada la concentración más grande de aves del continente.
Sus impresionantes paisajes fueron escenario de la película "La isla mínima", un film que sin duda a ayudado en gran manera a conocer este conjunto de bellos lugares, en los que practicar lo que a cualquier viajero amante de los entornos naturales le gusta, perderse. Pero perderse en el sentido más literal de la palabra, pues incluyen centenares de caminos entre arrozales sin señalizar que parecen no llevar a ninguna parte.
La propuesta gastronómica de esta zona del humedal sevillano es casi tan variada como la paisajística, y de ella se puede dar buena cuenta en restaurantes como El Tejao, La Espiga o El Estero, donde sirven deliciosos platos de cangrejos, angulas, pato, doradas o lubinas, siempre con arroz de la zona.
También en estas "islas" se cosecha además de variedades de grano largo, una de grano redondo llamada "Marisma" que la hacen idónea para platos como el que hoy cocinamos, ya que queda muy suelto y absorbe estupendamente los sabores de todos los ingredientes.
El tradicional arroz con pato de la zona se elabora con pato salvaje, es un arroz caldoso al que no se le añade azafrán. En mi caso, y tras buscar infructuosamente al animalito por varios comercios, me he decantado por un confit de pato, y lo que son las cosas, el resultado del plato ha sido espectacular, con un sabor maravilloso y nada que envidiar al elaborado con pato "fresco", ya que el confitado queda muy, muy tierno y sabroso. En casa le hemos dado un 10, al menos esa ha sido nuestra opinión después haber degustado ambas versiones.
Os animo a probarlo ya que es un plato fácil de preparar y que bien puede servir como plato principal en un día de celebración.
Ingredientes:(2 personas)
✓ 200 gr de arroz redondo de calidad, yo he usado la variedad Marisma
✓ 1 muslo de pato confitado de 300 gr
✓ 2 dientes de ajo
✓ 1/2 pimiento rojo
✓ 1 pimiento verde
✓ 2 tomates maduros
✓ 1/2 cebolla
✓ 1/2 vaso de vino blanco
✓ 400 gr de caldo de pollo
✓ 3 higaditos de pollo
✓ 8 tomates secos
✓ 1 hoja de laurel
✓ 1 guindilla
✓ 1 ramita de tomillo fresco
✓ Pimienta negra
✓ Aceite de oliva
✓ Sal
Preparativos previos:
Laminar los dientes de ajo.
Trocear no demasiado fino los pimientos y la cebolla.
Quitar la piel y simientes a los tomates y trocearlos.
Trocear muy fino los higaditos de pollo.
Elaboración:
Calentamos un poco de aceite de oliva en un perol. Freímos los dientes de ajo laminados con el pato confitado sin quitar la gelatina ni la grasa que viene en el envase.
Después de 8-10 minutos, agregamos los tomates, el pimiento rojo y verde y la cebolla. Sofreír durante 10 minutos.
Incorporar ahora el vino blanco y dejar reducir el alcohol durante un par de minutos. Añadir el laurel, la guindilla, el tomillo, la pimienta negra y los higaditos de pollo. Mareamos bien todo el conjunto y añadimos ahora el caldo de pollo y los tomates secos. Cocer durante 10 minutos, pasados los cuales, incorporaremos el arroz, dejando cocer a fuego medio 20 minutos, controlando siempre que haya suficiente caldo.
Pasado el tiempo, se retira del fuego y dejamos reposar 5 minutos antes de servir.