Revista Cocina
Me enamoré nada más verlo... Ese color, ese olor... Estaba delicioso. Entonces supe que sería lo primero que haría al volver a casa. Buscar la receta y prepararlo. Este es el pan que puedes encontrar en todos los restaurantes de Marrakech y por supuesto en todas las casas. Os contaba que para el puente del Pilar estuvimos en Marrakech. Era nuestra tercera visita y queríamos disfrutar de la ciudad con calma. Todo lo principal ya lo habíamos visto. Pero de eso os hablo al final del post.
De momento nos quedamos con el pan. Batbout. Muy sencillo de hacer y con un resultado increíble. ¿El truco? Tener una buena semolina. Tuvimos la suerte de poder visitar un obrador de barrio en Marrakech. Cada barrio tiene uno. Cada familia llevaba sus batbouts allí para cocerlos en horno de leña. Ahora las cosas han cambiado ligeramente y es el dueño del horno el que prepara el pan y después lo vende. Vimos el proceso entero. Y como os digo, es muy fácil. Solo requiere de un poco de paciencia y de unos buenos ingredientes. Yo tenía semolina italiana que había comprado hace poco y que era prácticamente igual que la que usaban en Marrakech, a menos a simple vista.
En casa acompañamos el pan con una cena de tapas. Unos quesos, embutidos, ensaladas... En Marruecos lo acompañan con todo. Para desayunar con mantequilla y mermelada, para comer en un buen bocadillo de keftas con tomates y lechuga, y para cenar con un buen tajine. ¿Quién se anima?
INGREDIENTES (para 2 panes de unos 20cm)200g de harina de trigo 300g de semolina de trigo12g de levadura fresca de panadero5g de sal4 cucharadas de aceite de oliva320ml de agua tibiaUn poco mas de semolina
ELABORACIONDisolvemos en 100 ml del agua tibia la levadura. Cubrimos y dejamos reposar durante 15 minutos. En un bol grande ponemos los 2 tipos de harina y mezclamos con la sal. Hacer un hueco en el centro y agregamos el agua tibia con la levadura poco a poco mientras se mezclan los ingredientes. Añadimos el aceite y el resto del agua tibia. Amasamos bien durante 10 minutos. La masa debe ser suave y lisa (mas o menos igual que la de la masa de pizza). Cubrimos la masa con un paño de algodón y dejamos reposar durante 20 minutos. Pasado este tiempo, dividimos la masa en dos. Espolvoreamos un poco de semolina sobre la superficie de trabajo y con un rodillo estiramos cada porción dandole forma redonda, hasta que tenga unos 2 cm de espesor. Cubrimos y dejamos reposar mas o menos 1 hora o 1 hora y media dependiendo de la temperatura de la habitación. Calentamos el horno a 220º. Colocamos cada pan en una bandeja de horno y con un tenedor, hacemos unos pequeños agujeros en el pan. Horneamos unos 30 minutos o hasta que la corteza tenga un bonito color dorado.
Y ahora os explico un poquito de nuestro viaje a Marrakech.
Como os decía al principio del post, era nuestra tercera visita a esta increíble ciudad. Así que lo mas turístico ya lo habíamos visto. Pero si nunca habéis estado en Marrakech hay algunos sitios que no os podéis perder. La medersa Ben Yusef (antigua escuela coránica), el museo de Marrakech, el palacio el Bahi y el de la Badia, las tumbas sadies, perderse en los zocos y salir con un montón de cosas que no sabíamos que queríamos, y por supuesto el espectáculo de la plaza Djema el Fna, que es patrimonio de la humanidad.
Pero hay mucho mas que hacer y descubrir en Marrakech.
Hay un museo nuevo que nos cautivó, la Maison de la Photographie. El edificio, un riad típico, es precioso y las fotografías ayudan a entender la historia de Marruecos y a ver que a pesar del paso del tiempo el país no ha cambiado demasiado. Además desde la terraza hay unas vistas impresionantes.
Y eso es precisamente otra de las recomendaciones. Las terrazas. Muchos restaurantes de la medina tienen una terraza a la que os recomiendo que subáis. Las vistas hacía el Atlas o hacía los tejados de la ciudad seguro que no os dejan indiferentes. Además, desde lo alto Marrakech parece otra ciudad, mucho menos caótica.
Por supuestisimo, no podéis dejar de ir a un Hamam... Y aquí depende mucho de vuestro presupuesto. Los hay para todos los gustos y para todos los bolsillos. Pero el que os den un buen baño con jabón negro, una exfoliación y una envoltura con gasoul no tiene precio.... Y si además os dais un masaje la experiencia es ya celestial. Nosotros fuimos a uno que está gestionado por una chica española. Es pequeño, pero muy agradable y romántico. Además tiene buen precio y podíamos hacer todo el hamam y el masaje en pareja. Su nombre, Les Bains de Azahara, justo delante de la mezquita de Bab Doukkala.
Si el bullicio de la ciudad os sobrepasa, que por experiencia os digo que puede pasar, hay algunos hoteles y clubs privados en las afueras en los que por un precio Europeo (no muy barato, la verdad), podréis pasar el día. Jardines de ensueño, piscinas infinitas, comida deliciosa, spas... de todo y mas podréis encontrar en estos clubs o en algunos hoteles. Nosotros fuimos a pasar un día al Beldi Country Club. La experiencia fue maravillosa. Desconexión total. El sitio es impresionante y tiene de todo para pasar un día diferente a 15 minutos del centro de Marrakech.
Y otra de las cosas que queríamos hacer era probar algunos restaurantes nuevos de la ciudad. Hay muchas opciones, pero nosotros ya habíamos probado algunos así que nos concentramos como os digo en los nuevos. Para cenar, fuimos al Nomad, en la plaza de las especias, a Le Jardin, cerca de la Medersa Ben Yusef y a la Terrasse des Epices, en el zoco de Mouassine, cerca de Le Jardin. La comida en los tres sitios tiene aire internacional, aunque podéis encontrar platos marroquíes tradicionales. Los tres tienen unas terrazas preciosas. El más romántico es sin dudarlo la Terrasse des Epices, seguido de Le Jardin. Nomad es más un sitio para ir con amigos. Ver y dejarse ver... La comida muy buena en todos. El servicio.... eso es otra cosa. Muy lento y un poquitin rudo, pero en general la experiencia vale la pena. La comida la hicimos en sitios que ya conocíamos pero que os recomiendo igualmente. El Café de las Especias, en la plaza del mismo nombre, y el Kashba, de dirección española, frente a las tumbas sadies. Comida deliciosa y lugares perfectos para descansar del bullicio.
Nos hemos alojado en un riad con muchisimo encanto. Eso si, tengo claro que si es la primera vez que vais a Marrakech no os lo recomiendo. Está en un extremo de la medina, pero hay que pasar por algunas calles que pueden resultar un poco intimidantes si no habéis visitado nunca la ciudad. A nosotros nos ha parecido increíble y es mas que probable que repitamos. Se llama Tchaikana. Todo, absolutamente todo es de 10. El riad, las instalaciones, el desayuno, la amabilidad del personal, la habitación,... todo perfecto.
No podía faltar una visita al zoco. Disfruto muchísimo buscando pequeños tesoros para traer a casa... Y esta vez no podía ser menos. Han caído algunas cosas como el tajin que podéis ver en las fotos acompañando el pan. Y otras que os iré enseñando poco a poco...
Tres días en Marrakech dan para mucho. Pero la verdad es que tenemos ganas de más. Creo que el próximo viaje lo haremos acompañados de nuestros hijos para poder disfrutar en familia de este país tan cercano pero tan diferente al nuestro.