No era la primera vez que aterrizaba en el aeropuerto de Bérgamo, Orio al Serio, utilizado por las compañías low-cost que vuelan a la zona de Milán. En otra ocasión lo había utilizado para una escapada de fin de semana a Milán que, ahora me doy cuenta, no he compartido en el blog. Entonces ni siquiera consideré una posible visita a esta ciudad, para ser sincera, apenas la situaba en el mapa, supongo que no habré sido la única, y por ello hago referencia a esta crónica como Bérgamo, algo más que un aeropuerto.
Bérgamo y una escapada a Milán y a Verona, ha sido el destino anual de nuestro "viaje de chicas". Los que me seguís ya sabéis que, por estas fechas, unas amigas y yo nos "escapamos". Sin familia, sin niños, sin parejas, sin mascotas, sólo "las chicas". ¡Y no sabéis cómo sienta !
Es una mezcla de viaje para cortar con la rutina, de puesta en común en la que casi hacemos de psicólogas, una prueba de resistencia a nuestra amistad, un chupinazo de risas, de disfrutar del momento, de comer por encima de nuestras posibilidades, expresión que utilizan mis amigas cuando piensan que nos hemos excedido en lo gastronómico, pero sobre todo, sobre todo, de pasarlo bien. Esto último creo que lo conseguimos y con creces.
Volver, volvemos más cansadas que nos hemos ido, pero ya habrá tiempo de descansar y Benidorm y los balnearios lo dejaremos para más adelante. Estas escapadas urbanas, pienso que son todo un acierto.
Nosotras estuvimos cuatro días completos e instalamos nuestra "base" en Bérgamo. Desde allí nos hemos acercado un día a Milán y otro a Verona.
Bérgamo bien merece ser descubierta. Dividida en dos: la ciudad alta y la ciudad baja, en cuanto dejamos nuestro equipaje en el hotel, situado en la parte baja, nos lanzamos a pasearla. El tiempo nos acompañaba.
Comenzamos caminando despacio por Viale Roma hasta llegar al funicular que nos llevaría a la Città Alta. El viaje apenas dura 1 minuto, pero nos evita la gran cuesta y nos deja en la Piazza Mercato della Scarpe, el corazón de la ciudad medieval.
La ciudad alta está rodeada por las murallas venecianas, y sólo se puede acceder a ella a través de alguna de sus puertas. Conforma uno de los conjuntos medievales más bellos de Lombardía. Calles con mucho encanto que desembocan en la Piazza Vecchia, punto neurálgico de reunión de los bergamascos los días festivos, pequeñas plazas, bonitos casas señoriales, torres medievales, a mí me cautivo desde el primer momento.
A la Piazza Vecchia se llega a través de la vía Gomboti, si hemos llegado con el funicular. Pasada la plaza se convierte en la vía Bartolomeo Colleoni, y como todas las calles del casco medieval, es empedrada, repleta de tiendas de ropa, de alimentación y de restaurantes. También de pastelerías, donde se pueden degustar los famosos pasteles de polenta y osei.
En ella encontramos uno de los mejores restaurantes de la ciudad Ristorante Da Mimmo, y justo enfrente su sucursal, la Bottega de Mimì, más económica y con la misma calidad. De hecho, los platos se los traen del restaurante.
Por cierto, no dejéis de probar los "Casoncelli della bergamasca" al burro di malga e salvia y los Ravioli all "Agri di Valtorta e Verdura".
Llegamos a la Piazza Vecchia una de las plazas italianas más bonitas que conozco. La fuente de los leones, el Palacio Municipal, el Palacio del Podestá coronado por la Torre cívica y con una preciosa escalera desde la que se obtiene una interesante vista de la piazza por un lado y de la fachada de la Cappella Colleoni. ¿Un café en la plaza?
Junto a la Cappella Colleoni, la Basílica de Santa Maria Maggiore y el Baptisterio. Explosión de mármoles policromados y ricas decoraciones que rivalizan en belleza con cualquier otro elemento artístico de la ciudad. Al otro lado el Duomo, de donde esta plaza toma su nombre.
Tenemos tiempo y todavía fuerzas, sé que esto a alguna de las viajeras le hará gracia ;-) Tomamos el funicular de San Vigilio que nos llevará al Castillo del mismo nombre y de donde se obtienen unas vistas bellísimas de la ciudad baja y también de la alta. Paseamos durante un buen rato.
Es hora de comer y decidimos hacerlo de manera informal, así que volvemos a esa almendra que es el casco histórico, a la vía Gomboti, y nos dejamos seducir por el escaparate de Pizzas de Il Fornaio. Pizzas, pasta, ensalada, dulces, no es un lugar cualquiera. Nos cuesta elegir pero al final lo conseguimos y nos vamos con nuestros platos a la planta superior donde hay mesas.
Después paseamos por los bordes de la muralla, las vistas desde lo alto son tan bonitas, y eso que durante todo el día una delicada neblina cubre la ciudad. Descendemos hacia la ciudad baja andando, tranquilamente, una parada para un café en una terraza, un paseo por la calle XX Settembre y alrededores, donde están las tiendas. Ya hace rato que ha oscurecido, momento de pasar por el hotel y salir a cenar.
Ha sido un jueves muy intenso y muy largo en Bérgamo. El viernes lo dedicaremos a Milán y el sábado a Verona.
Pero el domingo otra vez paseamos por Bérgamo. Visitamos la Academia Carrara, cita ineludible para los amantes del arte, ya que ofrece una interesante colección pictórica. Después volvemos a la ciudad alta.
Sus calles están llenas de gente. A los bergamascos les encanta pasar aquí el domingo. Algunos aprovechan para hacer ejercicio y suben andando, por eso vemos tanta gente con ropa y calzado deportivo.
Hay un mercado de artesanía y las tiendas, al contrario que los días laborales, no cierran a mediodía. Repetimos paseo, descubrimos otros rincones y la maravillosa plaza donde está el antiguo lavadero, un verdadero remanso de paz.
El domingo no es fácil encontrar mesa para comer y nosotras nos hemos confiado, así que comemos más tarde, pero bien. Merece la pena despedirse en condiciones de Bérgamo, también en lo gastronómico.
Creo que no será mi última visita a esta ciudad, personalmente, me ha cautivado y es un buen punto de partida para visitar los lagos, así que quien sabe, quizás en breve pueda volver.
Etapas de este viaje:
- Bérgamo, algo más que un Aeropuerto
- Milán, ni gris, ni fea, ni sólo moda y diseño (proximamente)
- Verona, la Bella (proximamente)
A tener en cuenta:
- Duración del viaje: 4 días completos
- Itinerario: Hemos visitado Bérgamo, Milán y Verona
- Transporte: Línea aérea low-cost RyanAir
- Alojamiento: NH Hotel Bérgamo 4*
Hotel muy recomendable, en la línea a lo que se espera de esta cadena.
Habitación cómoda y silenciosa, desayuno buffet completo, personal agradable. A escasos minutos de la estación de tren y autobuses, lo convierten en una opción ideal tanto si deseamos visitar la ciudad como desplazarnos a otras ciudades.
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Ticket 24 H Tourist Transport (Bérgamo): Por 5 euros, permite la utilización de todas las líneas ATB y TEB durante 24h a partir de su validación. Incluye el autobús del aeropuerto, el transporte de equipaje y los funiculares de Bérgamo.
Atención: Sólo se puede comprar en los estancos (cierran alrededor de las 19h y no abren en festivo) y en el aeropuerto. No encontramos ningún quiosco donde se pudiera adquirir y no se puede adquirir en las máquinas automáticas. -
Transporte en Tren: Los billetes de tren se compran en los estancos de la estación o en las máquinas automáticas, algunas sólo admiten tarjetas de crédito. Para ir a Milán o Verona es preferible coger este transporte. No hay reducción en el importe por comprar ida y vuelta.
De Bérgamo a Milán hay trenes directos, sin transbordo, aproximadamente cada hora.
De Bérgamo a Verona hay muy pocos trenes en los que no sea necesario hacer transbordo. Se puede elegir la opción con transbordo en ciudades como Brescia o Rovato, dependiendo de la hora elegida, pero hay que estar atentos si se viaja con los trenes regionales por que no anuncian la llegada a las estaciones. - Transporte interurbano en Autobús: Los billetes de autobús se venden en los estancos de la estación de autobús. Probablemente hagan múltiples paradas durante su trayecto, por lo que no recomiendo este transporte.
- Dónde comer en Bérgamo: Prefiero la oferta gastronómica de la ciudad alta, donde el abanico de restaurantes y precios es más amplia. Si se quiere comer bien sin gastar demasiado, Mimi y Il Fornaio son buenas opciones. Otra opción algo más cara es el restaurante Agnello d'Oro. Ya en la ciudad baja, en La Bruschetta podemos encontrar una correcta relación calidad/precio.