El bonito con tomate es uno de los clásicos de las abuelas, una de las recetas caseras que se han hecho en mi casa de toda la vida y que me encantan. Es una receta muy sencilla y para los que "no le gustan el pescado" es perfecta ya que, aunque parezca duro decirlo, todavía hay gente que no come pescado porque dice que "tiene raspas...." Jajaja. Bueno con esta receta podréis comer pescado sin encontrar raspas como en una lubina jeje. (si se encuentra alguna no me responsabilizo jajajaja)
Cuando pongáis a cocer el bonito ya sellado en la salsa de tomate recordad que no tenéis que cocerlo mucho rato, con 1 minuto y luego el propio calor del tomate se terminará de hacer y es suficiente. La idea es que se consiga el punto perfecto y el bonito cuando lo cueces mucho queda muy seco, así que como cuando hacéis marmitako, con el calor de la propia salsa se hará el bonito perfectamente. Vayamos con la receta
ElaboraciónIngredientes para 4 personas
- 700 gramos de bonito en dados grandes
- 2 ajos
- 1 cebolla
- 500 gramos de tomate frito, en este caso he usado un frito que tenía en conserva. Pero podéis usar tomate de bote sin problema, si es bueno, queda genial.
- Sal
- Harina
1.- Lo primero que haremos será sellar el bonito. En una sartén doramos un par de ajos enteros para que coja un poco de sabor el aceite. Una vez dorados, retiramos.
2.- Ponemos sal en los trozos de bonito y enharinamos, solo un poco, no os paséis con la harina. Doramos en el aceite. Reservamos.
3.- Por otra parte, para la salsa de tomate, rehogamos una cebolla hasta que esté bien pochada. Transparente como vemos en la imagen.
4.- Incorporamos el tomate frito. Yo a veces lo compro hecho o lo hago, aquí a gusto de cada uno. Cuando estamos en temporada de tomates es bueno hacerlos y conservarlos porque ahora solo tenemos los de plástico, por lo que si conocéis una buena marca de tomate mejor compradla para la receta.
5.- Una vez tengamos la salsa de tomate, incorporamos los trozos de bonito sellados y los dejamos que se hagan en la salsa. Yo los pongo 1 o 2 minutos a fuego lento y luego retiro la cazuela. Dejo que se terminen con el propio calor residual del tomate, os aseguro que quedan mucho más jugosos.