Champiñones en salsa de cerveza

¡Feliz entrada de semana calderer@s!

Una amiga me pasó esta receta diciendome: “Te flipan los champiñones, te mola la cerveza….” y yo he de completar, ¡y me encanta el picante!

La receta original la podéis encontrar en la web de Gastronomía y Cía. Yo la he cambiado un poco, ya que no tenía maizena y usé harina directamente. Es una idea estupenda para aprovechar ese litro de cerveza que se ha quedado abierto en el frigorífico varios días y no sabemos qué hacer con él.

Ingredientes: (2 personas)

300gr de champiñones (yo usé portobello)
1 chalota
3 dientes de ajo
1 y 1/2 vaso de cerveza
1 guindilla o 1/2 chile rojo
2 cucharaditas de harina
tomillo
pimienta negra
aceite de oliva

Elaboración:

Cortamos el pie terroso de los champiñones y los lavamos bien. Troceamos los champiñones en cuartos (o por la mitad si son muy pequeños).

En una sartén ponemos a calentar dos cucharadas de aceite de oliva y sofreimos ligeramente los ajos y la cebolla previamente picados. Cuando empiecen a dorarse añadimos los champiñones y espolvoreamos el tomillo por encima.

Salteamos durante un par de minutos hasta que los champiñones empiecen a cambiar de color. Salpimentamos, incorporamos la cerveza y la guindilla troceada. Cuando la cerveza rompa a hervir, bajamos el fuego y dejamos cocinar unos 8 – 10 minutos, hasta que los champiñones estén tiernos.

Cuando las verduras estén listas, las retiramos a la fuente donde vayamos a servirlas y reservamos el caldo en la sartén.

Añadimos ahora al caldo las dos cucharadas de harina removiendo sin parar para evitar que se formen grumos. (Mejor si tenemos unas varillas que no rallen la sartén).

Seguimos removiendo a fuego lento hasta que consigamos la textura deseada para nuestra salsa.

Una vez que tengamos la salsa lista, la vertemos sobre los champiñones y ¡a comer!

Esta receta es imprescindible servirla con pan para mojar en la salsita. Yo la presenté como acompañamiento para unos huevos fritos, pero puede ser una guarnición para un pollo o algún pescado. O presentarlo como una cazuelita para cenar donde mojar el pan.

¡Que aproveche!