QUESO, me da igual, desde el más suave hasta el que huele que te caes de espaldas...pero cuanto más te caigas de espaldas...mejor.
CROQUETAS, uno de los mejores inventos del mundo, ¡mira que están buenas!, de lo que sea SIEMPRE son una delicia.
QUESO+CROQUETAS...la pasada total.
Esta vez en la maleta venía un Queso de Cabrales, (http://es.wikipedia.org/wiki/Queso_de_Cabrales) envasadito al vacío, je, je... y ya era hora de abrirlo, madre mía, ¡qué placer!.
A vuestra salud y con todo mi cariño os dedico estas croquetas que por una vez y sin que sirva de precedente estaban tan, tan suaves que ni yo misma me lo podía creer.
La receta de la bechamel pues la que cada un@ haga, no voy a dar las cantidades porque sencillamente no las sé, la hago a ojo total, sí, ya sé que eso no se hace pero llevo toda la vida haciéndola así y no creo que en eso vaya a cambiar.
En un cazo ponemos un poquillo de leche y deshacemos el Cabrales, a gusto, es mejor ir poco a poco hasta encontrar el punto según lo fuerte que lo queramos.
Cuando la bechamel está espesando añadimos la pasta de Cabrales y continuamos removiendo hasta que tenga la consistencia deseada. Esto también lo hago a ojo, ja, ja vamos que cuando veo que no se despega de la cuchara retiramos del fuego y la extiendo en una bandeja de cristal para enfriar y le pongo un "flim", je, je para que no se haga costra.
No sé si se puede apreciar la cremosidad de la masa.
Una vez fría, a liarlas, pasar por huevo y pan rallado y a la sartén.
Y lo mejor....¡a por ellasssssss!!!!!!
Hay que ver, con el trabajillo que lleva hacerlas y luego desaparecen en un minuto. Me encanta este plato azul.
Ares, Aresete...