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Cuando todo está perdido (2013)

Publicado el 17 febrero 2014 por Rugoleor @rugoleor

Póster: Cuando todo está perdido (2013)

Durante un viaje en solitario por el Océano Índico, un hombre del que desconocemos el nombre (Robert Redford), se despierta y descubre que hay una vía de agua en su velero de 11 metros de eslora que ha chocado contra un contenedor abandonado en alta mar. Con el equipo de navegación averiado y sin radio, el hombre no sabe que se dirige hacia una terrible tormenta. A pesar de conseguir tapar la vía de agua, su intuición de viejo marinero y una fuerza inusitada para su edad, casi no sobrevive al encuentro con la tempestad. Únicamente con un sextante y unas cartas náuticas para saber dónde se encuentra, solo le queda esperar que las corrientes le lleven a un pasillo marítimo desde donde podrá hacer señales a otra nave. Pero el sol es implacable, los tiburones merodean y sus víveres bajan de forma alarmante. Por muy capaz que sea, no tarda en enfrentarse a la muerte.

Calificación: 6,948.

Tráiler de la Película

Ficha:

Título Original: All Is Lost.
Director: J.C. Chandor.
Guionista: J.C. Chandor.
Intérpretes: Robert Redford.
Productores: Neal Dodson, Anna Gerb, Justin Nappi, Teddy Schwarzman.
Fotografía: Frank G. DeMarco, Peter Zuccarini.
Música: Alex Ebert.
Montaje: Pete Beaudreau.
Diseño de Producción: John P. Goldsmith.
Diseño de Vestuario: Van Broughton Ramsey.
País: Estados Unidos.
Lugares de Rodaje: Estados Unidos, México, Bahamas.
Fechas de Rodaje: 11-06-2012.
Año: 2013.
Duración: 106 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 7 años.
Género: Acción, Aventuras, Drama.
Estreno: 14-02-2014.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España, Sitio Oficial.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.

Fotograma: Cuando todo está perdido (2013)

Crítica:

17-02-2014 – JOSU EGUREN

Aventura de mínimos

Más allá de las posibles comparaciones -que no- con ficciones como “Gravity” (Alfonso Cuarón, 2013), “127 horas” (Danny Boyle, 2010) o “La vida de Pi” (Ang Lee, 2012) sorprende la facilidad con la que puede insertarse esta titánica odisea exterior protagonizada por Robert Redford en una corriente de títulos que ponen en valor los méritos de personajes que coligen de forma involuntaria con la doctrina del capitalismo individualista. La (anti)épica personal versus el éxito colectivo en un contexto crítico que, a priori, parecía indicado para que un puñado de francotiradores de la postmodernidad perpetrasen ataques contra la conciencia solipsista.

Contra esta teoría conspiranoica es lícito argumentar que los esfuerzos de J.C. Chandor se centran en edificar una aventura de mínimos, a dieta de grandes repartos y efectos especiales y poseída por un rigor de carácter ascético que contrasta con la verborrea de diálogos en los que se dirimía el conflicto moral que disparaba la trama de “Margin Call” (2011), su primera película. Y en cierta forma resulta creíble, a pesar de que la elección de Redford -100% visibilidad- discute su tentativa de dictar un discurso universalizador a partir del anonimato del protagonista. Ligero de equipaje, lastres afectivos y vaciado de estímulos psicologistas, la empatía con el ‘hombre’ de Chandor va a depender de que el espectador reaccione ante la repetición de una serie de acciones acentuadas por una fisicidad hiperrealista subrayada por una puesta en escena que señala el afecto del autor por la laboriosidad de los viejos artesanos del oficio. Ahora bien ¿interesa? Siempre y cuando estemos dispuestos a confiar en que la obra de Chandor es una contestación sincera a la crisis de valores encarnada en la voracidad despersonalizadora del ‘blockbuster’ por la vía de la hazaña existencialista, y aún así es muy probable que el espectador naufrague en la indiferencia hacia una historia en la que la catarsis es producto de un fundido y continuación de anticlímax.


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