Revista Cocina
Mi amiga Lismar hizo en su casa un cursillo para novatas, como yo, de cómo elaborar fondant, la masa flexible para decorar tartas. Resulta un poco complicado si no sabes dónde adquirir los materiales pero resultó un día divertido aprendiendo esta técnica. Nos mostró todo los materiales que posee para elaborar tan hermosas tartas y que ha reunido todos estos años haciendo viajes al extranjero ya que por aquí estamos un poco limitados con respecto a recursos. Lo más trabajoso fue elaborar la masa blanca; ya luego pintarla y decorar fue lo más sencillo. Primero separamos un kilo de azúcar glass en un bol junto a una cucharada de tragacanto, luego nos encaminamos a la cocina para disolver a fuego muy suave y en una cazuela la glucosa, el tragacanto, manteca, cinco cucharadas de agua y la esencia elegida. Esperamos un ratito que enfriara y volvimos a la mesa junto al azúcar glass y nos pusimos manos a la obra y venga a batir y a batir al principio con una cuchara el azúcar junto la mezcla anterior hasta que se nos hizo más difícil batir y fue cuando la colocamos en la mesa y continuamos amasando con las manos, agregando de vez en cuando más azúcar glass a modo de harina para que no se pegara a la mesa. Y así un buen rato hasta que la masa quedó compacta, elástica y suave. Nos comentó Lismar que lo mejor sería guardar por un día la masa en la nevera envuelta en film pero en vista de la urgencia, sólo esperamos alrededor de una hora. Pasada la hora y después de tomar un tentempié con cafelito y jugar al Stop, procedimos a separar la mitad de la masa; una que dejamos en blanco y la otra que sería para colorearla con gel de colores comestible con una técnica de estirado y enrollado, más fácil para que el color se esparciera uniformemente. ¡Ah!, no he mencionado que Lismar ya nos tenía preparado el bizcocho, de tal manera de no perder el tiempo elaborando la tarta, que a fin y al cabo esa parte ya deberíamos saber. Antes, la cortamos por la mitad con una técnica que nos enseñó para rellenar de dulce de leche, colocamos encima la otra mitad y, algo muy importante, colocamos dulce de leche por encima de tal modo que nos servía como pegamento del fondant. Reservamos el bizcocho y con un rodillo extra grande, amasamos como si hiciéramos la masa para pizza. En mi caso, estiré la masa blanca, que sería la base. Con mucho cuidado y una vez estirada, enrollé la masa en el rodillo y con sumo cuidado la coloqué encima del bizcocho. Con las manos, acaricié la masa hasta sentirla suave y bordee las esquinas con cuidado. Cortamos con un corta pasta el exceso de masa y ya la base estaba lista, fue entonces cuando elegí los moldes de estrellas para decorar y, tomando un poco de allí y de aquí corté de diferentes colores estrellas que luego fueron pegadas a la base con un pincel empapado en agua. Por último sellamos la base de la tarta con un trozo enrollado de masa, en mi caso de color verde y con la punta de una boquilla decoramos el borde, y esparcimos purpurina comestible. Para finalizar, Lismar pintó cada una de las tartas con el pincel empapado en agua para resaltar el color. ¡Voilà, lista nuestra tarta!. Y venga a tomar fotos y más fotos, porque quedamos fascinadas del resultado y todo gracias a Lismar y su paciencia y ganas de enseñar. Si vives en Tenerife y deseas aprender esta técnica, te recomiendo un cursillo con Lismar Chacón Morales. O prefieres realice para ti la tarta deseada para cumpleaños, bodas, bautizos, comuniones, etc. Es fascinante y, repito, recomendable. Sus teléfonos son: 0034-922.70-31.53 Móvil: 627-218-649. e-mail:[email protected]
¡Gracias Lis!
(Pincha la Fotografía y la verás más grande)