Forlong, el sueño hecho realidad.
Alejandro Narváez -con experiencia en el château Smith-Haut-Lafite- y Rocío Áspera -Máster en Viticultura y con experiencia en Bodegas Luis Pérez-, son los propietarios de Bodegas Forlong, iniciando un proyecto que vio la luz en año 2014 con la salida al mercado de su primera añada.
Bodegas Forlong está asentada en el Puerto de Santa María, en la finca El Olivar de Forlón que en el s. XVIII perteneció a un comerciante inglés apellidado Furlong y tanto Alejandro como Rocío aprovecharon para “jugar” entre el nombre del comerciante y la expresión inglesa “for a long time” con el fin de expesar sus deseos de continuidad en el tiempo.
Cuentan con 6 hectareas de palomino en la finca de Plantalina en Balbaina Alta, tenemos 1 hectárea de merlot, 1 de syrah 1 de tintilla y una de cabernet sauvignon en el Lomopardo y 1 hectarea de PX, 1/3 hectarea de palomino, 2 de Tintilla de Rota, 2 de syrah y 2 de merlot en la finca de Forlong en Balbaina baja.
Practican una viticultura ecológica con apuntes biodinámicos y cuentan con el certificado del Comité de Agricultura Ecológica tanto por el viñedo como por la elaboración posterior de sus vinos en los que sólo emplean levaduras autóctonas.
El proyecto supone un soplo de aire fresco en la zona comenzando desde las propias etiquetas y terminando por un concepto de vino de autor con marcada personalidad en las que los protagonistas son las castas y el terruño de donde nacen.
El vino:
Elaborado con un 40% de syrah, un 30% de merlot y un 30% de tintilla de Rota procedentes de viticultura ecológica de viñedos sobre tierra de albarizas.
Las uvas una vez despalilladas se introducen en tinajas de barro en las que comienza una maceración prefermentativa en frío.
Crianza sobre lías durante doce meses en barricas de roble francés (90%) y resto en robles americano, húngaro y español.
Producción 8.000 botellas.
La cata:
Precioso color picota de capa media-alta con ribete carmesí y fina lágrima densa y tintada. Atractivo.
Aromaticamente complejo en el que se combinan las notas de fruta negra madura con toques especiados y elegantes aportes minerales y florales (violetas), junto con sutiles apuntes terrosos y salinos gracias al viento que acerca gotas de agua salina que impregnan las viñas de El Puerto de Santamaría.
Boca con buena acidez acompañada de muy buen volúmen y estructura con un paso por barrica muy bien ensamblado que en retronasal apenas predomina sobre las notas olfativas apareciadas. A pesar de sus 15º se muestra fresco, gracias a esa buena acidez.
Retronasal en la que las notas de fruta negra, florales y especiadas se acompañan con apuntews mentolados, regaliz, punta de café y romero. Tanino sedoso y sin aristas. Puro equilibrio.
En recorrido se muestra largo, elegante y con un toque final a cacao ligeramente amargo que me encanta y crea adición.
Seguimos con nuestro recorrido personal de dar a conocer no sólo los vinos, sino las caras de aquellos que nos hacen disfrutar con sus elaboraciones. El próximo post… -mantengo la incertidumbre, o como dicen los críticos de cine, el “suspense“-, así que manténganse alerta.
¡Salud y buen vino!
Fotos de Bodegas Forlong y autor (vino)