Demasiadas maneras de morir

 Hoy os traemos una novela de Lawrence Block, un prolífico autor americano de novela negra cuyas más de 50 obras le han hecho merecedor de multitud de premios Anthony, Edgar y por supuesto Shamus. Un currículo impresionante que está sin duda a la altura de la calidad de su obra. Entre todas sus novelas, hemos elegido “8 millones de maneras de morir”. La protagoniza su habitual personaje Matt Scudder y la acción se desarrolla en una ciudad de Nueva York, muy nocturna, bastante dura y poblada de personajes excéntricos. Además de su constante pelea con la ciudad de Nueva York, Scudder lucha durante toda la novela con un serio problema de alcoholismo y es curioso ver cómo compagina la investigación criminal en la que se embarca con su participación regular en reuniones de alcohólicos anónimos (y no tan anónimos).
La novela está impecablemente escrita, con un estilo muy original, cargado de humor. Matt Scudder narra la historia en primera persona lo que nos acerca de forma muy directa a su visión de la gente, de la ciudad, de él mismo y muy en particular de su alcoholismo. Destaca también la personalidad de otro personaje de la novela, un proxeneta negro llamado Chance que combina su especial profesión con un amor por las artes y la cultura africanas.

Juntos nos van llevando por una trama no demasiado rápida pero que nunca aburre y que tiene, más de una sorpresa. En su conjunto, esta novela de Block es altamente recomendable, casi casi una de estas que “hay que leer” a toda costa si se aprecia realmente el género de novela negra.
Y ahora, la mención culinaria, que todo hay que decirlo, está bastante ausente en el libro. Pero hay un ingrediente que sí se menciona constantemente. Luchando para evitar beber alcohol, Scudder está constantemente bebiendo café, y lo hace realmente en cantidades ingentes. Y mientras leía la novela, se me ocurrió hacer una receta con café, y como no quiero ser demasiado transgresor y además se acerca el verano, se me ocurrió la poco original pero siempre resultona idea de hacer helado de café. Y por supuesto, va con algunos ingredientes especiales para darle el toque Cocinista.

Que disfrutéis de la novela, y del helado.