Sí, habéis leído bien, esto es un nuevo proyecto DIY. Y, lo que es mejor, es low cost, muy fácil y no requiere mucho tiempo.
Se lo dedico a todos los amantes del otoño que, como yo, están entusiasmados ante la idea de decorar su casa con millones de calabazas y quieren hacerlo de la forma más cuqui posible. Hoy os voy a enseñar a hacer calabazas de cuadros para decorar. ¿Os apetece? ¡Pues vamos manos a la obra!
Quiero aclarar que la idea original no es mía y que me he inspirado en el arte de la gente de Pinterest. No hay solo un autor al que linkear, ya que muchísima gente lo ha hecho ya.
Estas calabazas de cuadros vichy son ideales para decorar cualquier casa, ya que su color no tiene por qué desentonar con el resto de los adornos. Yo la he hecho en color azul porque es como me gusta, pero podéis hacerlo totalmente a vuestro gusto. ¡Incluso dorado! Recordad que en este post tenéis más ideas de decoración otoñal para vuestro hogar.
¿Qué necesitamos?
- Calabazas. Obviamente. Yo he utilizado dos calabazas pequeñas de escayola que venden en Tiger para pintar y decorar, pero podéis utilizar calabazas naturales normales y corrientes.
- Pintura acrílica en 3 colores: uno oscuro (azul marino en mi caso), uno claro y blanco.
- Tapaporos para la escayola (yo lo hice casero, así que se necesita cola y agua a partes iguales).
-Pinceles y lápiz.
Cómo se hace
1- La escayola necesita que apliquemos un primer antes de pintar, ya que es un material poroso. Si vais a pintar una calabaza que no es de escayola omitid este paso.
Para ello, utilizamos una mezcla que se conoce como tapaporos y que podéis hacer en casa perfectamente (también se vende hecha). Solo tenéis que combinar cola blanca con agua al 50-50% y remover. Haced muy poca porque os va a sobrar. Una vez tenemos hecha la mezcla, la aplicamos por toda la calabaza y dejamos secar.
2- El primer paso es pintar la calabaza de blanco por completo. Puede que necesitéis más de una capa, por lo que este paso suele ser el que lleve más tiempo porque necesitamos esperar a que seque. Yo hice este paso aunque mi calabaza ya era blanca, puesto que quería un color blanco más puro que el de la escayola.
3- Una vez que nuestra calabaza es completamente blanca, vamos a hacer una cuadrícula. Las líneas verticales ya las tenemos porque vamos a usar las naturales de la calabaza, así que básicamente vamos a hacer líneas horizontales con el lápiz. No es necesario hacer muchos cálculos, lo hacemos a mano alzada, ya que las imperfecciones formarán parte del encanto.
4- Los cuadros blancos ya los tenemos, ahora solo necesitamos los de color, azul en mi caso. Cogemos primero el color claro y pintamos, de nuevo, una cuadrícula. Si empezamos por las líneas verticales pintamos una sí y una no; después hacemos lo mismo con las horizontales que hemos delineado con el lápiz. Después lo dejamos secar.
5- Cuando la cuadrícula está seca, solo nos queda agregar el color más oscuro. Lo haremos solo en los cuadrados en los que convergen las líneas pintadas (de azul claro en este caso) verticales y horizontales justo sobre el otro color. No os preocupéis por pintar encima, no se va a ver. Cuidado con saliros de las líneas. Estos pasos también los hacemos a mano alzada, pero, si os sentís más cómodos, siempre podéis recurrir a la cinta de carrocero.
6- No olvidemos pintar también el rabito de arriba. Yo lo hice con el azul marino, pero podéis usar el que más os guste. Finalmente, dejamos secar todo.
Et voilá! Ya tenemos nuestra preciosa calabaza pintada. ¿No es una monada?