Revista Cocina

El color del vino

Por Decantare @decantare

El color del vino

La vista es normalmente el primero de los sentidos en percibir las características de un vino, concretamente el color del vino. A posteriori, son el olfato y el gusto los que se encargan de completar esta información para definir su personalidad.

Cada vino posee unas propiedades únicas que son el resultado de un largo proceso en el que intervienen multitud de elementos, como son la propia vid, su edad, su ubicación, su cultivo, su elaboración, su conservación, etc. En suma, todos ellos contribuyen a definir, entre otros factores, la tonalidad del vino.

El elemento que determina en mayor medida al color del vino es la propia piel de la uva. Observando la tonalidad del líquido en la copa podemos extraer “a simple vista” numerosos detalles sobre el vino. No se trata sólo de tinto, blanco o rosado, en cada una de estas variedades podemos encontrar un sinfín de tonalidades con distintos brillos, matices e intensidad.

Los colores del vino

Tomando de referencia las principales variedades, te desgranamos los distintos colores del vino:

  • Vino tinto. Sus colores van desde el azul violeta hasta el rojo teja recorriendo un amplio abanico de tonos púrpuras, granates y cereza.
  • Colores del vino Tinto

  • Vino rosado. Sus colores van desde el rosa frambuesa hasta el amarillo pálido, va adquiriendo tonos anaranjados como el salmón conforme va evolucionando.
  • Colores del vino Rosado

  • Vino blanco. Al ser incolora, su gama no es tan amplia, va desde el color ámbar hasta el verdoso tomando tonos dorados y pálidos.
  • Colores del vino Blanco

Observando el color del vino

Si inclinamos o giramos la copa podremos apreciar mejor otras notas de color distintas de cuando el vino permanece en reposo. Además, las lagrimas que se originan tras este movimiento en la pared interior de la copa, nos ayudan a conocer también su densidad.

El brillo está relacionado sobretodo con la acidez del vino mientras que la transparencia y la limpidez con la estabilización y el filtrado que ha recibido durante su elaboración.

A través de la tonalidad podemos conocer la madurez de la uva, cuanto más oscuro e intenso sea el vino mayor será su maduración.

Por otra parte, la intensidad del color nos ayuda a determinar el envejecimiento ya que con el paso del tiempo los vinos tintos se van aclarando y perdiendo color mientras que los blancos por el contrario se van oscureciendo.

¿Alguna vez te habías fijado en todos estos detalles sobre el color del vino?


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