Filete de atún con paté arbequino con patatas al romero

Hoy os propongo una receta de atún con pate arbequino acompañado de patatas al romero. Son dos recetas en una, sabrosas y sencillas de hacer. 
El atún combina genial con ese paté de aceitunas arbequinas de Paladar selecto, dando una mezcla de sabores realmente sorprendente.

Aquí os dejo el enlace:
http://blog.paladarselecto.com/filete-de-atun-con-pate-arbequino-acompanado-de-patatas-al-romero/

Y bueno, todos sabeís que soy una ratilla de biblioteca, leo tantos libros a la semana que intento llevar la cuenta y comentarlos en una red social. Hay un libro que me marcó mucho que leí hace un par de meses y que tiene unas frases que te llevan a pensar. Hoy quiero compartir con vosotros las frases que me han sorprendido, que me han hecho reaccionar y pensar y que cuando la situación es difícil, te ayudan a salir adelante.

El libro es La bibliotecaria de Auschwitz y las frases son:
La vida, cualquier vida, dura muy poco. Pero si has conseguido ser feliz, al menos un instante, habrá valido la pena vivirla. —¡Un instante! ¿Cómo de corto? —Muy corto. Basta con ser feliz el tiempo que tarda una cerilla en encenderse y apagarse.
Por eso eres valiente. Los valientes no son los que no tienen miedo. Ésos son los temerarios, los que ignoran el riesgo y se ponen en peligro sin ser conscientes de las consecuencias. Alguien que no es consciente del peligro puede poner en riesgo a cualquiera que esté a su lado. Ése es el tipo de gente que no quiero en mi equipo. A quien necesito es a los que tiemblan pero no ceden, los que son conscientes de lo que arriesgan y aun así siguen adelante.
El atleta más fuerte no es el que llega antes a la meta. Ése es el más rápido. El más fuerte es el que cada vez que se cae se levanta. El que cuando siente el dolor en el costado no se para. El que cuando ve la meta muy lejos no abandona. Cuando ese corredor llega a la meta, aunque llegue el último, es un ganador. A veces, aunque quieras, no está en tu mano ser el más rápido, porque tus piernas no son tan largas o tus pulmones son más estrechos. Pero siempre puedes elegir ser el más fuerte. Sólo depende de ti, de tu voluntad y de tu esfuerzo. No os voy a pedir que seáis los más rápidos, pero os voy a exigir que seáis los más fuertes.
En ese lugar tan oscuro donde la humanidad había llegado a alcanzar a su propia sombra, la presencia de los libros era un vestigio de tiempos menos lúgubres, más benignos, cuando las palabras sonaban más fuerte que las ametralladoras. Una época extinguida.