Hace poco me escribió una persona preocupada porque no podía superar el especismo respecto de las arañas. Yo le expliqué que a mi modo de ver, y de acuerdo a lo que me contaba, no se trataría de un problema de prejuicio moral sino de un caso psicológico de fobia
Hay determinados casos de rechazo hacia otros animales en los que se puede confundir el especismo (que es un prejuicio moral) con alguna clase de fobia (que es un trastorno psicológico). Es importante saber distinguirlos para poder remediarlos porque cada uno tiene una naturaleza y un tratamiento diferente.Una fobia no es lo mismo que un prejuicio. El prejuicio no es una fobia ni está motivado por una fobia. La fobia es una reacción emotiva (pertenece al ámbito del sentimiento) mientras que el prejuicio es una creencia (pertenece al ámbito del pensamiento).
La fobia es una respuesta emocional que provoca temor desmesurado y sin fundamento. La fobia es un fenómeno que no implica ningún tipo de creencia ni razonamiento.
A diferencia de la fobia, el prejuicio no es un hecho propiamente emocional, aunque sí condiciona las emociones, ni implica necesariamento miedo o alguna emoción similar. El prejuicio pudiera tener una base instintiva de tipo grupal pero el pre-juicio es ante todo un juicio, es decir, es un pensamiento o una creencia. Por ejemplo: Creemos que los individuos que no pertenecen a nuestro grupo (raza, sexo, especie, clase) no merecen consideración igualitaria o que los de nuestro grupo tienen derecho a explotar a otros. Como así sucede en el caso del especismo.
Si bien es cierto que un prejuicio puede llegar originar una fobia (por ejemplo: la xenofobia) parece que la fobia específica contra determinados animales concretos (insectos, reptiles, aves) puede no tener su origen en el prejuicio, ya que personas que rechazan el especismo sigan padeciéndola a pesar de todo. Por tanto, debe de achacarse a un tipo de trastorno psicológico similar al de las personas que padecen fobia al color rojo o a las flores.
Pienso que es importante tener estos puntos en consideración a la hora de enfrentarnos con el problema de la fobia:
- [1] La fobia no está justificada. Tener un miedo razonable está justificado pero la fobia es un temor sin fundamento. Debe de tener sin duda algún origen o causa, pero no lo provoca un razonamiento basado en evidencias.
- [2] La fobia se puede, y se debe, intentar remediar o controlar. Hay técnicas y terapias para poder afrontarla y así evitar que nos dañemos o hagamos daño a otros. Aquellas que son leves suelen ser fácilmente canalizables. Las graves son las que resultan más problemáticas.
- [3] Ellos no tienen la culpa. En lugar de pensar en aquella característica (sobre todo suele ser el aspecto) que nos provoca fobia respecto de otros animales, debemos intentar pensar que es un ser sintiente y que no tiene intención deliberada de causarnos daño.
En el vídeo situado más abajo se puede visionar un documental que trata acerca de estas fobias hacia otros animales. Esta fobias se encuadran dentro de las llamadas fobias específicas, en las que un ser determinado (en este caso un animal nohumano) representa un peligro inminente para la persona que padece la fobia, a pesar de que el ser en cuestión no conlleve objetivamente ninguna amenaza ni quien la padece pueda explicar el motivo de su miedo.
Aparte, también me gustaría señalar que hay un tipo de miedo irracional que es la fobia al veganismo o vegafobia. La cual entraría dentro de las fobias específicamente sociales y se caracteriza por un miedo o rechazo visceral contra el veganismo y todo lo relacionado con él. Incluso podría considerarse una fobia grave en algunos casos, cuando se trata de una reacción visceral en la que el sujeto en cuestión no atiende a razones y adopta una actitud agresiva.
El miedo al veganismo es una fobia porque se trata siempre de un rechazo injustificado. El veganismo no supone ninguna amenaza para la civilización, el progreso científico, la salud humana o la calidad de vida en general.
La fobia contra el veganismo podemos categorizarla junto con la oposición irracional a otros movimientos sociales de progreso moral como son el feminismo o el laicismo.
Este rechazo tiene siempre su origen en el prejuicio, en la falta de información o la información distorsionada.
Algunas personas creen erróneamente que aceptar el veganismo supone morir por desnutrición o que ya no podrían disfrutar del placer de la comida o que tendrían que ir desnudas sin ropa o que deberían dejarse agredir sin más en el (muy hipotético) caso de ser atacado por algún animal nohumano. Entre otros disparates parecidos.
Pero lo único que implica realmente el veganismo es dejar de participar en la explotación de los animales nohumanos. Y esto no conlleva ningún perjuicio para nosotros. Quienes somos ya veganos seguimos disfrutando de la misma calidad de vida con la única salvedad de que ya no apoyamos la violencia innecesaria e injustificada contra otros animales.