Cuando es el cumpleaños de mis hijas me gusta mandar galletas al colegio. Lo típico que hacíamos de pequeños de llevar caramelitos para repartir entre los compañeros, pero en versión casera.
Me parece un detalle bonito, y algo más sano que las chuches, además a los niños les encantan!
El año pasado en el de la peque tuvimos que hacer una versión sin huevo, porque había una niña alérgica, de modo que aprovechamos esta ocasión para compartir la receta con vosotros.
Los ingredientes que utilizamos son los siguientes:
- 150 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 75 gr de azúcar glas
- 250 gr de harina de trigo
- Una pizca de sal
- Una pizca de vainilla
S
e hacen igual que las normales: mezclamos todos los ingredientes (la harina en último lugar) y hacemos una bola de masa. La dejamos enfriar en la nevera antes de estirarla, y una vez estirada la metemos otro poquito, porque cuanto más fría esté la masa mejor mantiene la forma al hornear.Cuando estén doradas estarán listas (unos 15-20 minutos, cada horno es un mundo).
Las dejamos enfriar bien antes de tocarlas, porque mientras están calientes son más frágiles.
Nosotras las decoramos con fondant de colores. La mayoría de las marcas no llevan huevo, así que en este aspecto no tendréis ningún problema
Como veis, a la vista apenas se nota la diferencia con las galletas de mantequilla normales (quizás el color un poquito más apagado). Lo único que hay que tener en cuenta es que, al no llevar huevo son un poco más delicadas, y la textura es un pelín más harinosa, aunque la diferencia es muuuuy sutil.
En cuanto al sabor, ya os digo yo que también están buenísimas, así que ya no hay excusas si tenéis un alérgico/a en casa: a ponerse manos a la obra, pero ya!!!