¡hasta siempre pepi!

Te has ido. Esta es la realidad y confieso que no se como encajarlo.

En estos momentos las palabras que siempre usamos para estos casos se quedan vacías, no dicen nada, carecen de sentido.

Elegiste para irte el 22 de mayo, yo en otras circunstancias habría dicho que es un bonito día, pero hoy no puedo, para irse ningún día es bonito, para dejarnos para siempre, ningún día es bueno.

Te fuiste de la misma forma que te hiciste un hueco en nuestras vidas y en nuestros corazones discreta y tenazmente. Tú nunca fuiste ese tipo de persona que deja indiferente a los demás. Tú siempre tuviste la habilidad de hacerte un hueco en el corazón de todo aquel que tenia la suerte de conocerte o de cruzarse en tu vida.

De repente nuestras vidas se tornan vacías sin ti, tú las llenabas de experiencias, de gratos recuerdos y de vivencias que te sobrevivirán. Dicen que solo mueren las personas a las que nadie recuerda, si esto es cierto, tú aunque físicamente nos hayas dejado, no morirás nunca, jamás, porque nuestros corazones están totalmente repletos de recuerdos vividos contigo y de cariño hacia ti.

Por esto, hoy me niego a despedirte, me niego a decirte adiós. Solo te digo:

¡Hasta siempre Pepi! Te queremos.