Si bien el cine es un género personal, a los que disfrutamos cocinando siempre nos puede interesar una película cuyo argumento, escenario o personaje esté relacionado con la cocina.
¿Cuantos de vosotras/os, cuando tiene ocasión, no disfruta viendo “canal cocina”, o le gusta escuchar “comer y cantar” o es capaz de sacar alguna buena idea con un documental de “Ferrán Adrià”?
Aprovechemos la oportunidad que nos ofrece el verano con sus días más largos y disfrutemos de uno de los recursos más gozosos con los que podemos contar y veamos cine.
Desde nuestro blog, os presentamos una minúscula colección de películas, cuyo argumento tiene de fondo el mundo de la gastronomía.
De estilos y países diferentes, os recomendamos este pequeño repertorio, comenzando por referencias más antiguas, para acercarnos al momento. Incluye una pequeña sinopsis, un tráiler y una crítica, a cada una de las películas.
Iremos compaginando estilos y nacionalidades, para cubrir todos los gustos, es difícil. Esperemos os gusten, como a nosotros.
LA GRAN COMILONA (La grande bouffe)
Director:Marco Ferreri. 1973. Francia-Italia. Color
Intérpretes: Marcello Mastroianni, Michel Piccoli, Philippe Noiret, Ugo Tognazzi, Andrea Ferréol, Solange Blondeau, Florence Giorgetti, Michèle Alexandre
Cuatro amigos unidos por el gusto al placer y el aburrimiento más absoluto se reúnen en una mansión con la idea de suicidarse comiendo sin tregua. Pronto añaden a la gula otro pecado capital; la lujuria, y así empiezan a llegar las prostitutas. El sexo obsceno se entremezcla con los cerdos, los quesos, los jamones, el caviar…y cuando todos están cebados, comienzan las deserciones. Las prostitutas, asustadas por el cariz que van tomando los acontecimientos, huyen muy temprano por la mañana y queda sólo la profesora Andréa, fascinada por la empresa de los protagonistas y la única superviviente de este suicidio colectivo , la cual se une accidentalmente al cuarteto, aparentando disfrutar sinceramente con los excesos programados por sus compañeros.
La gran comilona es una crítica feroz de la sociedad del bienestar y del consumo que termina por destruirse a sí misma. En su día, fue considerada una película polémica, sin embargo morir de puro exceso no es ya un problema moral, sino sanitario. Lo que, paradójicamente, ha hecho que esta película aparentemente pesimista resulte hoy incluso divertida. Lo único que queda en pie de sus posibles mensajes es la constatación de nuestras limitaciones: el placer (sexual, gastronómico, intelectual) es un continente inabarcable.
MUSLO O PECHUGA (L´Aile ou la cuisse)
Director: Claude Zidi. 1976. Francia. Color
Intérpretes: Louis de Funès, Coluche, Julien Guiomar, Ann Zacharias, Claude Gensac
Charles Duchemin , un reputado gourmet y autor de una guía gastronómica mantiene la guerra con los magnates de la restauración por tal de salvar la cocina francesa, a cuyos restaurantes tiene que ir disfrazado para no ser reconocido.
Para Charles Duchemin no hay nada como el sutil aroma de los platos elaborados y el delicado bouquet del buen vino. Su vida gira en torno a la comida, por lo que cada día acude a los mejores y más caros restaurantes. Los grandes cocineros de estos locales son para Duchemin sacerdotes que protegen el Santo Grial del buen gusto en sus exquisitos templos, y él mismo, el crítico culinario más prestigioso de Francia, hace guardia inflexiblemente para que cumplan con su obligación y para poner a prueba a los restaurantes, se disfraza de mujer mayor o de norteamericana de chaqueta rosa y sombrero de “cowboy”.
El protagonista, no explota, sólo echa chispas, pero su fuerza cómica conserva toda su eficacia. Muy divertida.
EL FESTÍN DE BABETTE (Babettes gaestebud)
Director: Gabriel Axel. 1987. Dinamarca. Color
Intérpretes: Stéphane Audran, Jean-Philippe Lafont, Gudmar Wivesson, Bibi Andersson, Hanne Stensgaard, Jarl Kull
Mediante una voz en “off” femenina que narra la película como un hermoso cuento, su director, nos explica la historia de dos hermanas y su sumisa, leal y sacrificada vida en la Dinamarca del siglo XIX. Una narración descriptiva, sin recriminaciones ni discursos reprobatorios, utilizando una ironía sutil que introduce en el relato un sentido del humor magnífico, que se mantiene hasta el final de la historia. Así, el espectador, lejos de sentir rechazo por la actitud de estos fanáticos fieles, puede sentir hacia ellos una enorme ternura y simpatía.
Las dos hijas de un pastor luterano, habían rechazado en su juventud, cada una por su lado, la posibilidad de vivir su propia historia de amor, hasta que aparece entre ellas Babette, quien llega huyendo del terror de su natal París y al poco tiempo tendrá oportunidad de corresponder a la bondad y al calor con que fue acogida. Un buen premio de lotería le permite organizar una opulenta cena con los platillos y vinos de la mejor gastronomía francesa. En el momento en que Babette decide el banquete, todo cobra vida. Observaremos el desarrollo de los planes de la gran cocinera, su refinamiento y su sabiduría. Es en la noche de la cena, en donde se produce la transformación profunda de los personajes. Babette se sirve de su antiguo arte culinario para demostrar su agradecimiento a los que la han acogido y provocar un gran cambio, sin pretenderlo. Esta es una gran vía de la transformación del alma, el disfrute de los sentidos.
COMER, BEBER, AMAR (Yin shi nan nu) (Eat Drink Man Woman)
Director: Ang Lee. 1994. Taiwán-EE.UU. Color
Intérpretes: Sihung, Lung, Kuei-Mei Yang, Chien-Lien Wu, Yu-Wen Wang, Ah-Leh Gua, Sylvia Chang, Winston Chao, Lester Chan.
La película narra tres historias con la gastronomía como denominador común, se centra en la vida de Chu, un famoso chef de cocina de Taipei, y sus tres hijas: Jen, Chien y Ning. Desde la muerte de la madre, todos los domingos padre e hijas se reúnen entorno a las delicias que con devoción y dedicación prepara Chu. Sin embargo, Chu vive para su trabajo, no acepta las críticas y no entiende el comportamiento de sus hijas, que pronto emigrarán del hogar familiar y se harán independientes.
Alrededor de la familia se encuentran sus vecinas Rong, hija y madre, así como Wen, un viejo chef amigo de Chu. Los acontecimientos se agolparán alrededor de los protagonistas y sus vidas tomarán un nuevo rumbo.
El desarrollo de la historia y la caracterización de los personajes están perfectamente construidos, pese a que los acontecimientos que suceden al final resultan algo atropellados y ligeramente inverosímiles. La película construye un relato sólido y creíble de las relaciones humanas que se establecen alrededor de una mesa. En la cultura mediterránea, al igual que en la taiwanesa, la comida es un acto social. Deliciosa película con conclusiones positivas, que plantea temas universales.