Como ya me están riñendo por varios lados porque la última temporada estoy publicando mucho más dulce que salado, he aprovechado para poner esta receta muy fácil de hacer pero que confiere a una simple pechuga de pollo una jugosidad y un sabor que hacen de ella un plato de categoría.
Es tan sencillo como preparar el marinado, sumergir las pechugas en el mismo durante un par de horas dejando que se cocine en frio en estos ácidos y después pasarlas por la plancha. Además de ricas y jugosas ¡son de régimen! porque apenas llevan grasas!
Aquí os dejo la forma de hacerlo:
INGREDIENTES:
2 o 3 pechugas de pollo limpias y fileteadas
1 limón
1 naranja
un chorrito de aceite de oliva virgen extra
2 dientes de ajo
un par de ramitas de tomillo (si no tienes fresco pues puedes usar de los secos de bote)
un poco de sal
MODO DE HACER
Se salan las pechugas y se reservan.
Se hace el zumo de la naranja que se mezcla con el del limón, se ponen los ajos fileteados y se añade un chorrito de aceite y los dos dientes de ajo fileteados.
Se distribuyen las pechugas en una fuente bien extendidas y se pone la mezcla anterior sobre ellas. Se filma la fuente y se guarda en la nevera durante un par de horas mínimo.
Pasado este tiempo se pone una sartén al fuego con una pincelada de aceite y se deja que coja mucho calor.
Se van sacando las pechugas del marinado, se secan un poco con papel de cocina tras lo que se pasan por la sartén muy caliente. Si los filetes son más gorditos baja el fuego y tenlos un poco más de tiempo, si son muy delgados con vuelta y vuelta será suficiente.
Corrige de sal y ya los tienes! listos para servir!
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