¿Quién no conoce a Mike Hammer?

Supongo que recuerdas a Mike Hammer, aunque sólo sea por la popular serie de televisión que protagonizaba el actor Stacey Keach en el papel de Hammer, el duro, violento y tenaz detective de Nueva York pero también el seductor de mujeres de una belleza de infarto.

Hammer es el fruto de la efervescente imaginación de Mickey Spillane. Autor de multitud de éxitos cuya carrera como inventor de historias se inicia curiosamente escribiendo guiones para cómics y bandas de dibujos de superhéroes tan conocidos como Superman, Batman o Capitán América. Según dicen, la necesidad y las dificultades que vivieron muchos americanos después de la segunda guerra mundial le hicieron lanzarse a escribir novelas, empezando con esta que nos ocupa hoy: “Yo, el jurado”.

Rápidamente Spillane alcanzó buenas cotas de aceptación aunque fuera bastante criticado por la violencia de sus historias y de sus personajes. En “Yo, el jurado” Hammer ve como asesinan a uno de sus mejores amigos y jura vengar su muerte. El personaje es de una arrogancia que avergüenza por momentos pero la historia vale la pena. Es una trama bastante complicada en la que, por supuesto, abundan las mujeres de extraordinaria belleza que suspiran por los favores de Hammer. Contrariamente a lo que ocurren en la serie de televisión que se esfuerza por dar una imagen especial de Nueva York, siempre con música de saxofón de fondo, la novela no se para demasiado en describir la ciudad. Lo que importa es la trama y la acción y, de hecho, el propio Hammer no para de repetirse constantemente que tiene que ir rápido y siempre sin descanso para coger al asesino antes que la policía.

Las alusiones a la comida son inexistentes (o al menos no recuerdo ninguna), pero son constantes las referidas al alcohol. Como buenos americanos de esa época son grandes aficionados al whiskey o de Bourbon y no hay casa que no tenga una buena licorera siempre bien surtida para servir una copa al primero que llega. Me detengo en el Bourbon que es un buen ingrediente culinario que se puede usar para hacer salsas barbacoa o aromatizar guisos de carne (con moderación que tiene un sabor fuerte y dominante). También llama la atención del Bourbon su aroma a humo que tanto gusta al ser humano. Si no quieres añadir Bourbon a tus guisos pero quieres darles sabor ahumado, echa un vistazo a la sección de ahumados de Cocinista.