La FAO (Food Agriculture Organization) es decir la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ha declarado este año 2013, como el AÑO INTERNACIONAL DE LA QUINOA.
Esta elección pretende reconocer y promocionar la quínoa a nivel mundial, ya que además de su alto poder nutricional, este pseudocereal tiene un bajo costo de producción y una gran adaptabilidad a todo tipos de terrenos y cambios climáticos, convirtiéndolo en un gran referente en la lucha contra el hambre en el mundo. (Si os apetece saber más sobre el tema podéis consultar el siguiente link: www.rlc.fao.org/es)
Ya he hablado varias veces de la quínoa, un alimento muy valorado dentro de las dietas vegetarianas (por su aporte en proteínas de alta calidad), en las dietas macrobióticas (por sus propiedades nutricionales), así como para las personas que siguen un régimen sin gluten (ya sea por intolerancia o por decisión personal).
Quínoa, o quinua, significa en quechua ‘cereal madre’. Se le denomina pseudocereal porque no pertenece a la familia de las gramíneas en que están los cereales “tradicionales”, pero debido a su alto contenido de almidón su uso es el de un cereal, tratándose como tal.
La quínoa fue cultivada en los Andes peruanos, ecuatorianos y bolivianos desde hace unos 5.000 años, y todavía sigue siendo uno de sus principales alimentos en Chile, Perú y Bolivia, entre otros.
La quínoa contiene todos los aminoácidos esenciales. Su promedio de proteínas es más del doble que cualquier otro cereal, convirtiéndolo en una excelente fuente de proteínas de alta calidad, (necesarias entre otras cosas, para el crecimiento y reparación de los tejidos). También contiene un alto nivel de calcio, fósforo, hierro, magnesio, así como vitaminas del grupo B y C.
Poco a poco va ganando adeptos en la cocina tradicional debido a su versatilidad en la cocina, siendo altamente recomendable en la dieta de niños, mujeres embarazadas y personas mayores, debido a sus propiedades nutricionales y su gran digestibilidad.
Mejor adquirir la quínoa en tiendas de alimentación natural y dietética y a poder ser que provenga de cultivos biológicos.
Su preparación es muy sencilla y similar a la del arroz: dos medidas de agua por una de quínoa, dejando cocer a fuego lento en agua (o caldo) hirviendo hasta que éste se consuma.
Para que la quínoa quede más gustosa y sabrosa, previamente se puede dorar en una sartén con aceite, removiendo sin cesar, para luego cocerla tal como he comentado.
Una vez cocida, podéis saltearla con unas verduritas (judía verde, pimiento, zanahoria, berenjena, calabacín, cebolla, ajo, etcétera..) cortadas a daditos o en juliana, previamente doradas en una sartén con un poquito de aceite de oliva. Y voilá!!! Habréis preparado un entrante o plato principal (en función de la cantidad), delicioso, nutritivo, sano, exquisito y bajo en calorías!!
Cabe destacar dos detalles muy importantes a la hora de cocinar la quínoa:
1.-) antes de cocer la quínoa es conveniente lavarla, para que no produzca espuma saponaria durante la cocción.
2.-) la sal debe ser añadida una vez acabada la cocción. Os aconsejo que más bien pongáis poca, y vayáis rectificando, por si acaso.
¿Y vosotros? ¿Conocíais las propiedades de la quínoa? ¿Cómo la soléis preparar? Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!!Besos desde mi blog!!