Buscando una receta de galletas saladas sin huevo ni leche, me encontré en el blog Apicionados con esta receta de Galletas Romanas, inspirada en la época romana y en lo que comían los soldados en aquella época.
Me atrajeron en seguida, sobre todo por llevar olivas negras, que me encantan tanto solas como en ingrediente del pan o de los palitos. La pinta final es bastante distinta a la de la receta original, pero el sabor es muy potente y agradable.
Los ingredientes que necesitamos son:
- Media taza de harina: si nos gusta, las podemos preparar con harina integral.
- Aceitunas negras
- Una cucharada de aceite de oliva
- Sal, orégano, tomillo y unas semillas de sésamo
En un bol ponemos la media taza de harina y le añadimos la sal, el orégano y el tomillo. Incorporamos el aceite y poco a poco añadimos agua templada mientras lo amasamos con las manos. Seguimos incorporando agua templada y amasando hasta que formar una masa compacta pero suave.
Picamos las olivas negras en trocitos pequeños y las juntamos con la masa, hasta que queden bien integradas. Reservamos durante 30 minutos en el mismo bol, cubierto por film transparente.
Precalentamos el horno a 220 grados. Colocamos en la bandeja una hoja de papel vegetal y vamos haciendo pequeños montones en ella con la masa. Espolvoreamos con unas semillas de sésamo y las horneamos durante unos quince minutos, hasta que se vean doradas.
Cuando las saquemos del horno las colocamos sobre una rejilla para dejarlas enfriar y, en cuanto estén a temperatura ambiente, ya la tenemos listas para comer. ¡A disfrutar!