¡Saludos, Calderer@s!
Nuestros ajos han comenzado a madurar ya y cuando están en este estadio, comienzan a engordar y les sale una especie de tallo en el centro con un capullito por donde brotará la flor. Si cortamos estos tallos podemos cocinarlos como ajetes, sin necesidad de recolectar el ajo antes de tiempo, de manera que podemos disfrutar de ajete y ajo con una sola planta.
Los ajetes son ideales para preparar revueltos, y es muy común combinarlos con setas, gambas, gulas. Por desgracia no tenía ni gambas, ni gulas, pero sí unas setas estupendas de producción local, que son las que hemos usado para preparar nuestro revuelto.
Ingredientes: (Para 2 personas)
- 1 manojo de ajetes
- 2 huevos camperos
- 250gr de setas
- aceite de oliva
- 1 rama de perejil fresco
- sal y pimienta
- 4 rebanadas de pan (para acompañar)
Elaboración:
En primer lugar, troceamos los ajetes en palitos de unos 5 o 6 centímetros aproximadamente. Los ponemos en un escurridor y los enjuagamos bajo el grifo.
Limpiamos las setas con cuidado y las troceamos en tiras. Picamos finamente el perejil fresco.
A continuación, en una sartén ponemos unas cucharadas de aceite de oliva y procedemos a saltear los ajetes con un poquito de sal, hasta que estén tiernos, removiendo de vez en cuando para evitar que se peguen.
Cuando estén prácticamente listos, añadimos las setas cortadas en tiras, rectificamos de sal y las salteamos hasta que estén bien hechas.
Mientras se cocinan los ajetes y las setas, (con cuidado de estar atentos y remover de vez en cuando para que no se peguen), cascamos en un plato hondo los dos huevos. Incorporamos el perejil picado y la pimienta negra al gusto, y con la ayuda de un tenedor batimos mezclando bien. A mi me gusta, batir primero la clara vigorosamente y luego las yemas un poquito menos, pero esto ya es cuestión de gustos. Cuando las setas estén finalmente cocinadas, incorporamos el huevo a la sartén. Bajamos el fuego, pues es muy importante que no se pegue, (de lo contrario sería más huevo para la sartén, ¡y menos huevo para nosotros!). Removemos constantemente hasta que el huevo se cuaje a nuestro gusto. Mientras tanto podemos ir tostando unas rebanadas de pan de molde (yo uso integral de panadería) si tenéis tostador, o si no, en una sartén.Cuando finalmente el huevo esté cuajado a nuestro gusto, apagamos el fuego y servimos el revuelto en los dos platos, acompañado de el pan tostado, y porqué no, una copita de vino o una jarrita de cerveza fresquita.
Es un plato perfecto para una cena, o para un almuerzo rápido.
¡Que aproveche, Calderer@s!