Cuándo compré este vino en El Lagar, la vinoteca de Paco Berciano en Burgos, la idea que tenía sobre la entrada me llevaba a mi escala veraniega por las Islas Baleares, o mi experiencia desagradable en una vinoteca de Palma, pero eso lo dejaré para otro vino mallorquín, ya que con este Tanuki Bob he tenido una experiencia propia de Expediente X.
La noche que lo abrí, colgué la foto en Instagram, y tras la buena cena, Morfeo me regaló un curioso sueño del que aún me acuerdo. Yo estaba en una cocina antigua, con un mesa bastante grande de madera y muchas caras conocidas de mi entorno; las copas volaban llenas de vino mientras los aromas de las viandas escapaban por la ventana abierta al campo; la cocina parecía de esas de pueblo, cebollas y pimientos colgados de ganchos, manteles de hule, etc. Recuerdo la imagen de mi amiga sumiller Jennifer sonriendo con su copa en la mano y al también Dylan R. llevando un cuenco de cristal recién salido del horno, ataviado con guantes para evitar quemarse .
Mis sueños a veces sonrojarían al mismo Grey, pero lo curioso es que , al día siguiente, veo un comentario de Jennifer en mi Instagram contándome que esa noche, ellos bebieron ese mismo vino que yo. Decidme que no es para darlo vueltas. ¿ Pudo el vino comunicarnos en un sueño? ¿Verles fue una premonición? Seguro que el Doctor Gaona me daría alguna buen explicación más allá de la racional casualidad, madre de todas las paradojas, pero mientras me contesta, os hablaré de este vino ecológico de la Bodega Gallinas y Focas.
El Tanuki Bob 2014 está elaborado por la Bodega Gallinas y Focas , un proyecto comandado desde la Bodega 4 Kilos desde Felanitx , y se embotella como Vino de la Tierra de Mallorca . Está elaborado con uva manto negro, Call Vermell , vendimiada a mano de viñedos ecológicos, con una fermentación de 9 meses en foudres de 4000 litro de roble francés, otros tantos en acero y una crianza final en barrica de 6 meses. Presenta un color rojo atejado de capa media baja, con algún destello burdeos, con una lagrima fina y ligera para un respetable volumen alcohólico del 13% . Al abrirlo, se le nota bastante reducido, pero es una sensación muy breve, buena intensidad aromática, fruta roja madura, profundo, la madera apenas se nota, alguna nota de cuero, amable y con un punto rústico muy agradable. En boca buena entrada, toque dulzón, cuerpo medio, maduro, buen punto secante, fácil de beber y con un final marcado por la fruta roja madura, con una persistencia discreta. Lo vi evolucionar hasta en tres días abierto, y se mantuvo perfectamente, un vino interesante .
El dibujo de la etiqueta, creado por Amadip Esment , representa a un Tanuki, un animal bonachón, burlón y travieso al que le gusta mucho comer,beber y rascarse la barriga, procedente de la cultura nipona, aunque su idea es tremendamente exportable .
R.
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